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El uso de drones se abre camino a la masificación

Cuando la utilización de los drones se masifique no resultará para nada extraño que cualquier ciudadano común reciba una pizza, una carta o un medicamento directamente en su domicilio entregado «en mano» por esta nueva "“o no tanto"“ especie de robots voladores.

Por el momento estos vehículos aéreos no tripulados (VANT), más conocidos como drones, ya llevan un par de décadas siendo utilizados por fuerzas militares, sobre todo las de Estados Unidos, para tareas de inteligencia o para atacar objetivos enemigos que van en contra del orden impuesto, que tienen ideas revolucionarias o que representan un peligro para la humanidad por cuestiones de terrorismo. En síntesis, usan los drones para matar gente.

Pero como todo lo que significa el uso y avance de la tecnología suele ir siempre más adelante que lo que dictan las leyes, la utilización de los drones en distintas tareas ya genera controversia.

A principios de este año el municipio de Tigre, en ese momento bajo la conducción del diputado electo Sergio Massa, anunció la compra de una flota de VANTs por un valor de 17.500 dólares cada uno, para destinarlos a control y vigilancia, para tomar imágenes de incendios en tiempo real, para el control del tránsito o del funcionamiento de semáforos. En el ámbito municipal tigrense también resultan de suma utilidad a la hora de relevar construcciones no declaradas o para detectar fallas en cámaras de videovigilancia que estén ubicadas en altura.

Como se puede apreciar las posibilidades de uso, buenas o malas cabe aclararlo, son infinitas. Recientemente el modelo Altea-Eko, de la compañía Flightec Systems, fue presentado en España y resultó ser el primero de su categoría autorizado para uso civil a nivel europeo. La nave tuvo un proceso de fabricación que duró siete años e insumió nueve millones de euros. Posee 6 metros de envergadura, pesa 80 kilos, tiene cinco horas de autonomía y un radio de acción de unos 500 kilómetros según anunciaron sus fabricantes.

En Alemania, la compañía de correos Deutsche Post DHL probó hace pocos días con éxito un pequeño helicóptero no tripulado para entregar un paquete, en medio del revuelo generado por el gigante de la venta on-line estadounidense Amazon al anunciar tiempo atrás que analizaba el uso de «mini-drones» para sus envíos de mercadería.

El llamado «cuadrocóptero» de la compañía Deutsche Post DHL cumplió su vuelo inaugural llevando un paquete de medicamentos desde una farmacia hasta la central de la compañía, con un recorrido de un kilómetro que realizó en apenas dos minutos, cruce del río Rin incluido.

Un directivo de DHL aclaró que por ahora la firma no prevé el uso regular de drones pero que se trata de una tecnología interesante que debe seguir su desarrollo.

En México, las autoridades de Tijuana anunciaron a principios de diciembre que a partir de enero próximo las aeronaves no tripuladas surcarán la ciudad de Tijuana como parte de una estrategia de seguridad pública que apunta a monitorear las zonas más conflictivas de la ciudad.

El abanico de posibilidades que abre la utilización de un VANT choca por el momento con algunas cuestiones que habrá que resolver, como por ejemplo la falta de legislación al respecto.

El tema ya forma parte del debate en Chile, donde las autoridades aeronáuticas se mostraron preocupadas por la falta de una norma que regule el uso de drones en su territorio.

«El tema de los drones representa una preocupación y nuestra institución ya trabaja en forma rigurosa para poder generar una normativa que permita dar seguridad a la autorización de estos medios aéreos», señaló el director de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), general Jaime Alarcón.

En Chile ya hay decenas de estos aparatos que surcan los cielos para cubrir eventos artísticos, partidos de fútbol, generación de incendios y marchas, pero no tienen la autorización respectiva de la DGAC para hacerlo.

El director de seguridad de operaciones de la entidad, Lorenzo Sepúlveda, explicó que todo lo que es operación de una nave no tripulada se autoriza caso a caso. «Lo que no vamos a autorizar por el momento es la utilización del drone en lugares poblados porque no sabemos la interferencia que pueden producir y los factores de riesgos que existen frente a la población ya que en la actualidad no hay compañías de seguros que asumen los riesgos que puedan producir», aseveró.

Sepúlveda recalcó que cualquier aparato que se eleve y se traslade de un punto a otro de acuerdo a la ley es una aeronave y, en consecuencia, necesita todas las normativas aplicables a un avión.

Los que tampoco quedan fuera del juego son los que manejan y entienden la tecnología al más alto nivel y muchas veces pueden utilizarla en beneficio propio, entre ellos el ‘hacker’ estadounidense Samy Kamkar. Según el sitio Ars Technica, Kamkar diseñó un ‘drone’ que…

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