TENDENCIAS

37 tipos de viajeros que te encontrarás en aeropuertos y aviones, te guste o no

1) El ansioso: Empieza a hacer cola ante la puerta de embarque cuando todavía falta una hora para que la abran. Por uno de esos extraños resortes psicológicos, se forma una cola detrás de él de 30 personas que aguantan estoicamente de pie el tiempo que haga falta.

2) El desubicado: Aquel que, pese a las infinitas advertencias, lleva una navaja y una botella de agua de litro y medio en la maleta que son, obviamente, interceptadas en el control de equipajes.

3) El virgen: No ha volado nunca. Sobre todo son señores mayores que lo pasan regular tirando a mal y niños que están tan nerviosos que resulta imposible no contagiarse de su entusiasmo. En ambos casos aguantarán el chorro del aire acondicionado estoicamente durante todo el vuelo sin saber que el botón para cerrarlo está justo sobre su cabeza.

4) Herodes: Manifestará su odio contra dos especímenes también muy frecuentes en los vuelos: 1) el bebé que llora (que al fin y al cabo no puede hacer nada por calmarse) y 2) el niño absolutamente insoportable que chilla, corre por el pasillo del avión y da patadas al asiento delantero sin que sus impertérritos padres hagan nada.

5) El que apesta a muestras gratis: Las horas previas al vuelo se hacen menos pesadas con la inestimable ayuda de las tiendas de aeropuerto. Las perfumerías son especialmente tentadoras y así hay quien sube al avión con las manos embadurnadas en mil cremas, oliendo a varios perfumes diferentes y hasta con restos de purpurina en las mejillas.

6) El apasionado: No hay que llevar a los extremos de Elvis Crespo, pero es obvio que Emmanuelle marcó un hito sexual en nuestras débiles e impresionables mentes igual que años después haría Pretty Woman con el combo fresas+champán+jacuzzi. En los vuelos largos muchos son los que fantasean con echar un polvo en el lavabo con un atractivo/a desconocido/a, y sin llegar a ese extremo que exige suerte, pericia y equilibrio, ligar en los aviones es bastante habitual. Al fin y al cabo cinco horas por delante se hacen mucho más llevaderas con la perspectiva de un compañero atractivo en el asiento de al lado.

7) El líder de masas: El que, en uno de los frecuentes casos de retraso inexplicable o cancelación de un vuelo, arenga al resto de los pasajeros para efectuar una protesta colectiva.

8) La persona más feliz del mundo: Aquella a la que, por overbooking en clase turista, trasladan a primera clase.

9) La persona más popular del mundo: La que viaja con un gato o un perro pequeño en un transportín.

10) El consumista: El tiempo de espera antes de coger un avión se le hace corto porque aprovecha para recorrer todas y cada una de las tiendas de la terminal renovando el fondo de armario y comprando souvenirs para todos sus seres queridos. Entrará en el avión con varias docenas de bolsas y lamentando que no le haya dado tiempo a visitar la tienda del equipo de fútbol local.

11) El que tiene miedo a volar: Uno de los peores compañeros de asiento posibles porque acabará contagiando de su terror a todos los que tenga alrededor. Hablar con él es como hacerlo con un farmacéutico titulado, y siempre se quejará sobre el poco efecto que le hacen ya los tranquimazines.

12) El que tiene problemas de oídos: Se le reconoce porque masca chicle con la boca muy abierta, se aprieta repetidamente los oídos y se destapona constantemente la nariz como si fuese a bucear en aguas cristalinas.

13) El que está al borde del ataque de ansiedad: El que sabe que está a punto de perder la conexión con otro vuelo. Mira constantemente la hora, ha informado a la tripulación de cabina y a sus compañeros de su situación desesperada y en cuanto el avión aterrice pedirá a los pasajeros que se interponen entre la puerta de salida y él que le dejen pasar primero. Probablemente su segundo avión ya haya salido, pero la esperanza es lo último que se pierde.

14) El fumador: En los aeropuertos pequeños apurará hasta el último minuto fumando en la calle, junto a la parada de taxis y bajo la mira de algún sufrido amigo o pareja que se ha ofrecido a hacerle compañía. En los aeropuertos grandes lo primero que hará una vez pasado el control será localizar la sala de fumadores, que puede ser un cuartucho inmundo con la moqueta llena de chinazos o un aireado recinto exterior lleno de plantas convertidas en ceniceros. Ahí se pasará todo el tiempo de espera, con alguna salida al duty free a comprar cartones de tabaco.

15) El amante de las tradiciones: Es la persona que en su vida normal no toma Toblerone jamás pero no puede evitar comprar uno…

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