INDUSTRIA AERONÁUTICA

Opinión: No todos los caminos pasan por Roma, sino por Nueva York

Todo parece indicar que el primero en disfrutar de la espectacular vista de la ciudad de Nueva York desde un avión fue nada menos que Wilbur Wright en el año 1909.

Actualmente "lo mejor de lo mejor" de la aeronáutica sigue sobrevolando esta geografía, que por cierto trasciende Manhattan y se dirige el este; hacia la vecina Long Island, punto de partida o destino de históricos vuelos y epicentro aeronáutico neoyorkino donde opera desde el año 1948 el que entonces se llamaba "Aeropuerto Internacional de Nueva York", conocido como "Idlewild" hasta 1963 cuando recibió el nombre de "John F. Kennedy", adoptando las siglas IATA "JFK" con las que popularmente es reconocido.

Si bien el "JFK" no es el aeropuerto más grande del mundo, ni el que más tráfico maneja, podría ser el más histórico y el más importante en términos estratégicos tal y como ocurre con la ciudad que sirve.

Conforme los vuelos transatlánticos comerciales se volvieron viables hacia finales de la Segunda Guerra Mundial, el Atlántico del Norte, con Nueva York como factor común dejó de ser una ruta de navíos para convertirse en la gran ruta del aerotransporte internacional, en la que todos querían y de hecho, aún quieren estar, transformándose en un prestigiado, maduro y competido mercado.

De acuerdo con cifras de la IATA para el 2013, 4 de las 10 rutas internacionales con mayor tráfico tocan Nueva York, algo que no ha cambiado virtualmente desde los años 20, conforme el destino ha estado está en la mente del diseñador de cualquier aeronave de largo alcance, incluidos los jets ejecutivos y aeronaves militares, ya sea para transportar a un gran personaje, a una bomba nuclear o a centenares de pasajeros y toneladas de carga.

La aspiración de los operadores de los primeros jets comerciales comenzando por el de Havilland "Comet", era verlos volando en lo que ahora es el "JFK", objetivo que claramente también de quienes desarrollaron el supersónico "Concorde", aeronave que demostró ser rentable en vuelos regulares solamente en este mercado.

¿Y qué decir de "la Reina de los Cielo", el Boeing 747, cuyo primer vuelo comercial en el año 1970 partió del "JFK" con destino a Londres?

Esta como tantas otras aeronaves no se gestó en una planta de ensamble en la costa oeste de los Estados Unidos, sino en realidad en un rascacielos de Manhattan, sede de grandes aerolíneas, donde entre abogados y financieros, los ingenieros de los fabricantes analizaron las especificaciones con ejecutivos de los operadores y dueños de las aeronaves para preparar contratos de compra-venta…

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