INDUSTRIA AERONÁUTICA

¿Aviones sin ventanillas?, por Juan A. José

Se están anunciando conceptos de aeronaves en los que se eliminan las ventanillas para los pasajeros.

Para alguien como el que suscribe que prefiere adelantar una hora su arribo a un aeropuerto para documentarse en un vuelo con tal de asegurar un asiento de ventanilla, la idea de volar en aviones sin ventanillas, por más sofisticadas que pudieran resultar las imágenes que le serían transmitidas del exterior de la aeronave y por más atractivos que resulten los ahorros en materia de consumo de combustible, construcción y mantenimiento de las aeronaves, me parece una idea totalmente inaceptable, como me parece también inaceptable limitar mis intercambios con mis seres queridos a encuentros electrónicos mediando una computadora o un teléfono.

Aunque me pagasen por ello no me veo realizando un viaje espacial en el que no tenga la oportunidad de ver con mis propios ojos las maravillosas vistas de la Tierra que los astronautas nos han descrito, y es que cuando vuelo hago contacto tanto con lo que ocurre en el interior, como en el exterior de la aeronave.

Observar el espectáculo que ofrece un vuelo o convivir con un ser querido me parecen experiencias extraordinarias en las que debe mediar ese grado de contacto cercano que facilite el proceso químico necesario para que resulten agradables, separados a lo mucho, y solo en el caso del vuelo en ciertas aeronaves que por su velocidad y altitud de vuelo que así lo requieren, por la protección del plexiglás de la ventanilla.

Aún de noche o en medio del océano, el vuelo ofrece un espectáculo fuera de lo común, donde las operaciones se combinan con los procedimientos de despegue y aterrizaje, las geografías, el funcionamiento de los elementos externos de la aeronave y la meteorología, para sumar un valor especial a una experiencia en la que las sensaciones propias de la dinámica del vuelo tienen un papel primordial.

Las vistas al exterior contribuyen además al confort, reduciendo inclusive sensaciones de mareo. Y eso que no estoy hablando de los retos en materia de seguridad que supone la alienación propia de la virtualidad, por ejemplo para mantener esa consciencia situacional y orientación de los ocupantes (pasajeros y sobrecargos) tan importante a la hora de tener que evacuar de emergencia una aeronave.

Afortunadamente para el entusiasta del vuelo, hay todavía aeronaves como los ultraligeros, las alas delta, los aviones experimentales, los parapentes con motor y los aviones antiguos, en los que unos anteojos protectores, audífonos y ropa contra el frío es todo lo que existe entre el ocupante y el espacio aéreo…

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