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El viaje del Papa a Estados Unidos plantea nuevos desafíos de seguridad

Las personas a cargo de las medidas de seguridad con motivo de la visita del papa Francisco a Nueva York a fin de mes tienen marcado en sus calendarios el 25 de septiembre como el día de la «tormenta perfecta».

Ese día el pontífice hablará ante los líderes mundiales en las Naciones Unidas, presidirá un servicio en honor a las víctimas del ataque del 11 de septiembre del 2001, recorrerá el Parque Central y celebrará una misa en el Madison Square Garden. Esa nutrida agenda, combinada con el hecho de que al Papa le gusta salirse del libreto y mezclarse entre la multitud, hacen que las autoridades enfrenten «un desafío sin precedentes», según el jefe de la policía de Nueva York William Bratton.

Bratton no es el único que se preocupa de la protección del pontífice y de las multitudes que se espera acudan a recibirlo. Las autoridades de Washington y Filadelfia, las otras escalas del Papa, tienen sus propias inquietudes.

El Servicio Secreto de Estados Unidos, en colaboración con el FBI y las autoridades municipales, ha pasado meses coordinado los planes para proteger al ilustre visitante. Ha habido reuniones con representantes del Vaticano en Washington y en Roma para saber más sobre la forma en que Francisco se maneja cuando hay multitudes. El Papa viaja con su propio servicio de seguridad y con su «papamóvil», el vehículo a prueba de balas que alguna vez describió como «una lata de sardinas».

No se conocen muchos detalles de las medidas de seguridad, pero sí algunos de los retos que enfrentan las fuerzas de seguridad.

Demostración de fuerza

En las tres ciudades que visitará el Papa habrá un aumento sustancial en la cantidad de policías uniformados que patrullan las calles, sobre todo en Nueva York.

El Departamento de Policía de Nueva York, que cuenta con 35,000 efectivos, puede desplegar un ejército de agentes, muchos de ellos de civil, para controlar las muchedumbres y prevenir problemas. También cuenta con unidades antiterroristas especializadas en la detección de explosivos, sustancias químicas y otras amenazas.

La protección del Papa requerirá «una operación en gran escala, compleja», comentó John Miller, director de antiterrorismo de la policía neoyorquina. «No paralizaremos Nueva York durante la visita. Continuará la actividad normal, la gente podrá ir y venir. Va a ser algo sin precedentes, pero todo va a salir bien»…

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