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Productividad laboral: Modelo de aviación comercial vs. ejecutiva.

Existen un número importante de factores que incrementan el tiempo de viaje de los ejecutivos cuando usan aviones comerciales incluyendo pre-chequeo, chequeos de seguridad, congestiones y saturaciones en los aeropuertos, tiempos de conexión, pre-abordaje, abordaje, desabordaje y recojo de equipaje. Estas demoras se traducen en significativas pérdidas en términos de productividad, ingresos y participación de mercado. He notado que muchas empresas no cuantifican estas pérdidas que impactan negativamente en los resultados financieros y últimamente en el retorno a sus accionistas.

Hoy existen dos sistemas operacionales comúnmente usados por las aerolíneas para maximizar la utilización de sus activos fijos y humanos así como para crecer más rápidamente. Uno de estos sistemas se enfoca en el desarrollo de grandes centros de conexión (o conocido en inglés como el modelo hub and spoke). Bajo este modelo, las aerolíneas deben operar múltiples llegadas y salidas de aviones en el aeropuerto principal que conlleva a demoras y congestionamiento en horas pico. En promedio, en estos hubs los tiempos de espera para conexiones varían entre 2 a 5 horas lo que conlleva a una importante pérdida de productividad laboral cuando se realizan viajes de negocios. El otro sistema es conocido como vuelo de punto a punto y opera en la mayoría de los casos desde y hacia aeropuertos secundarios con la finalidad de mantener al avión comercial la mayor parte del tiempo donde debe estar "“ volando y generando ingresos. Sin embargo, el objetivo principal de las aerolíneas que operan ambos sistemas no es precisamente aumentar la productividad del pasajero de negocios, sino generar la mayor eficiencia e ingresos al menor costo posible.

Recientemente, tuve la oportunidad de desarrollar para un cliente un estudio comparativo de productividad laboral entre un vuelo comercial de 8 horas con escala en un hub y un jet ejecutivo que volaba directo al destino final con 4 ejecutivos. La conclusión fue clara: Los ejecutivos ganaban 21 horas de productividad por vuelo completo usando la aviación ejecutiva y obtenían un factor de productividad 11.5 veces mayor al usar la misma vs. el modelo de aviación comercial.

Adicionalmente, y asumiendo ahorro en salarios y mejoras de productividad debido a la posibilidad de poder generar ingresos extras, los beneficios de esta empresa al usar un jet ejecutivo se estimaron en $2.7M al año. No sólo eso, la empresa se ahorraba 2,016 hrs. hombre/mujer por año y ganaba 960 horas extras en frente de potenciales clientes que le permitirían maximizar sus ingresos.

Más aun, estos ahorros representaban 62 semanas de ahorro de salario equivalente a la compensación promedio paquete anual de un ejecutivo para esta empresa implicando que se podía ahorrar el sueldo de un ejecutivo debido a las mejoras de productividad al usar un jet ejecutivo.

A nivel mundial, el 95% de las 50 empresas más admiradas utilizan jets ejecutivos como herramientas estratégicas del negocio ayudándoles entre otros a incrementar la productividad laboral no sólo de sus ejecutivos sino que también de sus equipos de trabajo. Igualmente, la aviación ejecutiva puede ayudar a maximizar los ingresos, abrir nuevos mercado más rápidamente, a mantener estructuras gerenciales más planas así como a la retención clave de personal, entre otros.

Igualmente y a pesar de lo que muchos piensan que son únicamente las grandes empresas que compran y operan aviones ejecutivos, el potencial real se encuentra en las compañías de 500 empleados o menos que representan un 59% de las empresas que usan jets ejecutivos por ejemplo en Estados Unidos e inclusive el 70% de los usuarios está representada por pequeñas y medianas empresas.

Sin embargo, son generalmente pocas las empresas en la región (a parte de México y Brasil) que hoy día usan la aviación ejecutiva como una herramienta estratégica de sus negocios. Esto se debe a factores tales como la falta de visión e incentivos gubernamentales que estimulen a su crecimiento entre otros. En el mundo, muchos países han creado leyes especiales con incentivos específicos que apoyan a incentivar el uso de jets ejecutivos. Estos países enfocados en crecer la aviación ejecutiva, han entendido que su uso benéfica directamente e indirectamente a sus economías y al desarrollo de sus países. Más aún, la aviación ejecutiva debe ser vista desde dos puntos de vista importantes: Primero y desde el punto de vista empresarial, como una herramienta estratégica, de eficiencia e incremento en la productividad del negocio. Segundo y desde el punto de vista gubernamental, como una importante fuente generadora de empleo directo e indirecto, impulsor del Producto Interno Bruto, contribuyente al fisco nacional a través de impuestos y aún más motor clave del desarrollo económico de los países que la incentivan y estimulan.

Finalmente, las empresas deben desarrollar un sistema de optimización de viaje que incluya flujos de caja, valores presentes netos y múltiples escenarios enfocados en maximizar la productividad laboral, los ingresos y el retorno en la inversión con la finalidad de implementar la opción que mayor valor agregado genere a estas por viaje/destino. En otros estudios realizados, he desarrollado modelos optimizados de viajes de negocio para empresas utilizando un sistema multi modal de viaje que permitía optimizar la productividad de los ejecutivos e incluían servicios de punto de punto (bien sea en avión o en tren comercial), vuelos charter individuales o compra de horas bloque, propiedad compartida (conocida en inglés como fractional ownership) y avión corporativo operado directamente por la empresa o gerenciado por un proveedor estratégico bajo un esquema FAA Part 135.

ACERCA DE RENÉ ARMAS MAES. René es un ejecutivo, consultor y apasionado por la aviación con más de 15 años de experiencia internacional en reestructuraciones de negocios, crecimiento de ingresos, mejora de márgenes EBITDA y planificación estratégica. René comenzó su carrera profesional como Senior Analyst para la firma internacional de consultoría Simat, Helliesen & Eichner (SH&E), en Nueva York, dónde tuvo la oportunidad de ejecutar un número importante de proyectos estratégicos a nivel mundial incluyendo en el segmento de productividad laboral para empresas Fortune 500.

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