AEROLÍNEAS

Aerolíneas inició el proceso para reemplazar los aviones que compró Cristina Kirchner

Entraron por la puerta grande, como la gran apuesta aérea de la línea de bandera estatal; se irán por la ventana. Aerolíneas Argentinas inició formalmente el proceso para desprenderse definitivamente de los aviones Embraer, quizás una de las compras aeronáuticas más sospechadas de los últimos años.

Esta semana, la empresa envió una propuesta a los cuatro grandes jugadores globales del sector. Boeing, Airbus, Embraer y Bombardier tendrán que ofrecer sus productos para ver cuál se queda con la orden de compra de 26 aviones.

Justamente ese es el número de la flota de Embraer que tiene Austral Líneas Aéreas de los cuales 24 son propios y dos adquiridos mediante el sistema de leasing.

Tanto en la empresa como en el mercado coinciden que este tipo de aviones, 98 plazas, no son eficientes para una empresa como Aerolíneas y Austral en un mercado que crece. Por caso, los costos de la tripulación son prácticamente iguales (solo hay que sumar un ayudante de cabina) y el tienen un consumo similar que un avión moderno de 180 plazas. Es decir, gastan lo mismo, recaudan la mitad.

La decisión de iniciar un proceso de recambio de uno de los íconos de la gestión kirchnerista -los otros dos son los millonarios subsidios y el cambio de imagen de los aviones- ya se tomó hace meses. Ahora dependerá del mercado y de lo que lo que la empresa decida. En estos casos, no sólo el costo es la única variable para decidir la compra sino también, el financiamiento que tenga cada proveedor, y en última instancia, el plan de flota de la empresa.

Otra de las novedades que tiene el proceso es que la compañía notificó a los proveedores que deberán tomar los 24 Embraer existentes como forma de pago. Sucede que de los sondeos que se hicieron en el mercado no surgió gran interés por un paquete de aviones de este tipo.

Hay más. Aquellos aviones presentados como salvadores, que fueron comprados a la empresa de Brasil en el marco de un acuerdo de tinte polí­tico entre los presidentes Cristina Kirchner y Luis Inacio Lula Da Silva, llegaron en bloque después de que se cayera una venta a una aerolínea. Justamente, al llegar en bloque y tener una operación similar, tienen los plazos de mantención y de realización de inspecciones generales más o menos al mismo tiempo. Una de las importantes, esas que se llevan unos cuántos dólares cuando hay que pasar por el hangar, está por suceder. Es decir, en el precio al que cotizarán contemplará esa cuestión técnica.

Finalmente, la empresa tomó otra decisión. La decisión de compra de los aviones brasileños tuvo, además del componente polí­tico, uno económico. Brasil financió la compra a través de su banco de desarrollo Bndes. Los ejecutivos actuales intentaron renegociar la deuda que está en alrededor de 280 millones de dólares. Pero no hubo caso, los banqueros no quisieron saber nada. Prefieren las cuotas y el interés que el dinero.

Entonces, Aerolíneas decidió cancelarlo unilateralmente en forma anticipada. Y para eso, sacará un crédito comercial que, según las proyecciones financieras, será entre 3 y 4 puntos menos que el que entregó el banco de desarrollo. La operación ya pasó por el visado del Ministerio de Hacienda…

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