INDUSTRIA AERONÁUTICA

Las azafatas van ganando la batalla contra los uniformes sexistas y estereotipados

Si a tres personas de distintas edades se les pregunta qué es lo primero que se imagina cuando escucha la palabra azafata, la respuesta suele ser la misma: una mujer atractiva, alta, flaquísima y vestida con pollera, tacos y un blazer y camisa al tono.

Ese tipo de respuesta es el resultado de un estereotipo que viene desde los primeros vuelos comerciales y con el que las mujeres tripulantes han tenido que luchar hasta hace muy pocos años y, en muchos casos, lo siguen haciendo.

El código de vestimenta fue y aún es -dependiendo de las compañías- el signo más notorio en la construcción del estereotipo de estas mujeres que, pese a estar ataviadas en trajes de muñeca, tuvieron y tienen que enfrentar situaciones extremas, como poner en marcha un operativo de salvataje o evacuación, practicar maniobras de reanimación o reducir a un pasajero peligroso.

«Una de las primeras indicaciones que te daban para los casos de incendio era que te limpiaras el maquillaje con un trapo y te sacaras las medias. Muy ridículo. Hace unos 20 años nuestros uniformes tenían todo lo que no debían ante una evacuación: zapatos con taco y pollera tubo ajustada que no te dejaba mover», recuerda a Télam Tendencias, Daniela Pantalone, que lleva más de 20 años en Aerolíneas Argentinas.

Pantalone, además, recuerda que su compañera Pata Yurgel en 1988 estaba a bordo del Boeing 737 que se despistó en el aeropuerto de Ushuaia y terminó semi sumergido en las aguas del Canal Beagle. Yurgel -hoy jefa de cabina de Aerolíneas Argentinas y con 34 años en la compañía- agrega que «en momentos tan extremos no te das cuenta ni pensás en o que tenés puesto, porque hay que actuar».

«Después de todo, los entrenamientos que tenemos en tierra los hacemos vestidas», agrega.

Jade una azafata retirada de Virgin Atlantic tampoco tiene un buen recuerdo de la experiencia que vivió cuando en pleno tuvo que tirarse sobre un pasajero al que le practicó maniobras de reanimación.

«Siempre cuestioné el hecho de estar en cuatro patas presionando el pecho del pasajero mientras llevaba una pollera tan ajustada», describió recientemente a la BBC.

La azafata, que resguardó su apellido porque aún tiene parientes en esa aerolínea, agregó que para las capacitaciones usaban pantalones y no con el uniforme, que incluía lápiz labial rojo, esmalte de uñas a tono y la sensual falda tubo del mismo color.

A nivel local, Aerolíneas Argentinas y Austral modificaron su código de vestimenta hace poco más de 10 años y la entrada en escena del pantalón para las mujeres fue una gran batalla ganada, que se logró casi a la fuerza…

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