TURISMO

Siete consejos para sobrevivir como turista en Rusia

Hasta un millón de visitantes extranjeros espera Rusia durante la celebración del Mundial de fútbol. Miodrag Soric detalla qué deben tener en cuenta los turistas durante su estancia en Rusia.

1. La ley del más fuerte

En las calles de Moscú impera una ley muy sencilla: la del más fuerte. Pueden ser las máquinas que asfaltan las calles o los autos de lujo, a veces acompañados de modelos básicos con luz azul. En cualquier caso, ni los peatones ni los ciclistas. Los semáforos y los pasos de cebra están colocados ahí para recordar vagamente la existencia teórica de reglas de tránsito. En la práctica, estas señales se respetan tanto como antes se hacía con las leyes marxistas: de cuando en cuando.

Mucha gente admira las avenidas moscovitas con diez carriles. Dan una apariencia de amplitud a la capital rusa. En realidad, los bólidos de cuatro ruedas aprovechan para apretar bien el acelerador en ellas. Eso significa que los peatones tienen que tener los ojos bien abiertos y prestar mucha atención. Quien quiera cruzar al otro lado de la calle, mejor que utilice el pasadizo subterráneo para hacerlo. Es posible que deba caminar un par de cientos de metros más de la cuenta, pero al menos conservará la vida.

2. Silencio en el metro

Frente al volante pueden parecer muy machos, pero, cuando viajan en el metro, los hombres se transforman en caballeros. Si una señora mayor entra en el vagón, le ceden su asiento. Los rusos reconocen enseguida en el metro a los extranjeros por sus vanos intentos de comunicarse entre ellos. Inútil esfuerzo, porque hay demasiado ruido. Así que la mayoría de los rusos se concentran en las pantallas de sus celulares, ya que el metro dispone de red Wifi. Pero cuidado: se trata de sistemas desprotegidos, por lo que cualquiera podría leer información confidencial del teléfono de otros usuarios. .

3. El pasaporte siempre a mano

La Unión Soviética está muerta, pero el amor por la documentación pervive. Por eso, los visitantes siempre llevan a mano su pasaporte, sobre todo al abandonar la habitación de hotel. Un oficial podría pedirlo en cualquier momento en el metro, en la calle, en el estadio. Quien no lo tenga, tendrá que acompañar a los policías a la comisaría en el peor de los casos. La Policía será especialmente estricta durante el Mundial de fútbol.

4. Mejor no probar la comida de los puestos callejeros

El ajetreo del fútbol provoca hambre también en Rusia, pero quien tenga un estómago sensible, mejor que se abstenga de probar la comida de los puestos callejeros. Si no, después podría lamentarlo días enteros sobre el inodoro del hotel, en lugar de vibrar con el fútbol en el estadio. Así pues, lo mejor es acudir a los restaurantes para calmar el hambre. Hay muchos buenos que están bien de precio.

Sobre las bebidas no hay reglas ni excepciones. Hay una que se llama «kva", desconocida en el resto del mundo. Se fabrica a partir de la fermentación del pan, no es tan ácida como la cerveza ni tan dulce como la limonada, pero muy refrescante. Suele ofrecerse por poco dinero en los parques, en la puerta de los estadios o en la calle. Hay que probarla.

5. Lo barato sale caro

En la calle hay gente que vende cosas que parecen extremadamente baratas, pero que al final salen muy caras sencillamente porque no funcionan. Es el caso de las tarjetas SIM o cargadores para los celulares que se ofrecen ante las estaciones de tren. También hay juguetes que se autodestruyen en cuanto los niños ponen sus manos sobre ellos. Por otro lado, hay recuerdos típicos en pequeñas tiendas para turistas, en pasadizos subterráneos o en estaciones, que sí suelen dejar un buen sabor de boca al visitante: paraguas, medias, muñecas matrioskas, peluca"¦

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