INDUSTRIA AERONÁUTICA

Japón estudia imponer controles adicionales de seguridad en los Boeing 787

Japan looks to impose additional security controls in Boeing 787

El Gobierno de Japón planea imponer requisitos adicionales de seguridad para los modelos de avión 787 «Dreamliner» de Boeing, detenidos desde enero por un fallo en sus baterías, informó el diario económico Nikkei.

A pesar de que a principios de este mes el fabricante estadounidense Boeing completó el último vuelo de prueba para probar su nuevo sistema de baterías del 787, algo que se espera sirva para anunciar próximamente su regreso a las pistas, el Ministerio nipón de Transporte impondrá otros rigurosos controles.

Entre ellos, se espera que Japón solicite la monitorización remota del estado de las baterías en todo momento y requiera inspecciones frecuentes de su voltaje, medidas que antes realizaba cada dos años.

Además, impondrá un control exhaustivo sobre la caducidad de todas las baterías para que sean sustituidas a tiempo.

Mientras, las compañías aéreas deberán asegurarse de que el sistema nuevo de baterías ha sido instalado correctamente en sus aeronaves y les exigirá llevar a cabo ensayos de vuelo adicionales antes de que sus 787 «Dreamliner» retomen las operaciones comerciales.

Aunque se espera que la Agencia Federal de Aviación de EEUU (FAA) autorice próximamente la reanudación de los vuelos del 787, las compañías niponas que cuentan con este modelo, All Nippon Airways (ANA) y Japan Airlines (JAL) no podrán retomar las operaciones al menos hasta junio, cuando se estima que habrán instalado el nuevo sistema y entrenado nuevamente a sus pilotos.

El problema se remonta a primeros de enero, cuando se detectaron varios fallos por sobrecalentamiento en las baterías ión-litio de las aeronaves, lo que provocó el cese de las operaciones en todo el mundo del nuevo aparato de Boeing, «Dreamliner».

Desde entonces, medio centenar de unidades del 787 de varias aerolíneas de todo el mundo se encuentran en tierra, a la espera de recibir una solución por parte del fabricante y la autorización de vuelo de sus organismos estatales de seguridad aérea.

En sus investigaciones Boeing encontró cerca de «80 potenciales motivos» que provocaron los fallos en sus baterías, con lo que las ha modificado con nuevos componentes para evitar cortocircuitos, una mejora de su aislamiento para prevenir incendios y nuevos sistemas de ventilación para reducir su temperatura, entre otras medidas.

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