HOTELES

Dormir en un ataúd, una alternativa a los hoteles convencionales

En Berlín se ofrece descansar en ataúdes. Ofertas como estas son cada vez más frecuentes para aquellas personas que deciden pasar unas vacaciones diferentes y guardar la experiencia hasta sus últimos días. Cada ataúd está acondicionado para disfrutar de un servicio de lo más insólito. El personal del alojamiento garantiza un ambiente tranquilo.

Dormir bajo tierra o contemplando la inmensidad del firmamento. Si opta por la primera opción, tendrá que desplazarse a Berlín. Sino, hay un hotel celestial en Galicia. Por 120 euros la noche garantizan unas vistas increíbles.

En otra región española, esta vez en Granada, se encuentra el hotel más estrecho del mundo. El Hotel Molinos se encuentra en el castizo barrio de Realejo, entre la Alhambra, la Catedral de Granada y el Generalife.
El récord se lo otorgan sus cinco metros de anchura. Está compuesto por nueve habitaciones de ambiente familiar repartidas en tres plantas y el recepcionista hace las veces de barman para aquellos que se alojen allí. Un servicio polivalente que se puede completar con una visita a los enclaves reconocidos como patrimonio de la humanidad.

A vista de pájaro
El emirato de Dubái ha batido el récord del hotel más alto del mundo. Se llama Hotel Gevora, situado en la gran avenida Jeque Zayed. Por un metro ha quitado el puesto a otra cadena de hoteles. De color dorado, un total de 356 metros a lo alto y con 75 pisos.

Entre sus servicios se encuentran cuatro restaurantes, una piscina, un spa de lujo (en la planta 71) y un gimnasio. Si desea hospedarse aquí, tienen disponibles 528 habitaciones, desde la individual estándar hasta suites con todas las comodidades.

En Suecia podrás convertirte en el mejor amigo de los pájaros, sin ocuparles su nido. Han instalado un platillo volante encima de un árbol y esa es la atracción turística para aquellos que combinen el gusto por la naturaleza y una vista panorámica del entorno.

Una propuesta un poco más arriesgada es la que se ofrece en el valle sagrado de los Incas en Perú. Un hotel colgado de un precipicio, en el que un requisito imprescindible en la maleta son los arneses. Su función: escalar para poder dormir.

Mirando al mar
Si lo que quiere es dormir entre peces… Una suite en pleno Índico ofrece sus mejores servicios y puedes reservar una habitación. Está sumergida a 4 metros y la noche sale a 1.500 euros.
Los aficionados al submarinismo podrán comer o cenar en un restaurante de cinco estrellas todavía más profundo, en las islas Fiji…

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