HOTELES

Invertir bien en viajes: cuándo conviene un hotel todo incluido y cuándo no

La decisión se toma tras analizar una lista de variables y de hacer unas preguntas de los servicios que está tomando, si los va a disfrutar y si su plan es quedarse dentro del hotel y hacer planes por fuera. Escoja bien para que sus finanzas no se vean afectadas.

La decisión de emprender un viaje, sobre todo si se trata de vacaciones, es un hecho que suele generar tanta satisfacción como preocupación financiera. Los viajes de ocio se tratan de poder relajarse y no tener que cuidar de cada detalle. Pero existe el peligro de distraerse demasiado y gastar de forma descontrolada, para luego encontrarse con que se comprometió toda la economía del año.

¿Qué hacer cuando se desean unas vacaciones con ciertos lujos en un hotel todo incluido pero el presupuesto disponible no es ilimitado? Aquí las ventajas, las desventajas y algunas ideas para planificar teniendo en cuenta el presupuesto y los deseos para las vacaciones.

Previsibilidad del presupuesto: contratar un hotel todo incluido ayuda a saber de antemano cuánto se invertirá en el viaje. Aunque siempre existen costos extra por paseos, excursiones o eventos aislados, la mayoría de los gastos fijos que tienen unas vacaciones están cubiertos entre los servicios del resort.

Comidas, descanso y entretenimiento se transforman en variables controladas y con ello, se evitan muchos de los excesos típicos de un viaje. Es mucho más difícil comprometer el presupuesto si existe una gran cantidad de servicios al alcance de la mano, incluidos en el precio inicial. Y como la planificación y la previsibilidad ayudan en el cumplimiento de cualquier presupuesto, en este sentido el hotel todo incluido es una opción ideal.

Conveniencia del costo por servicio: aunque a simple vista puede parecer más caro, si se realiza un desglose de costos de cada uno de los servicios del paquete, el hotel all inclusive suele revelarse la opción más económica para viajes de confort. Si a la habitación se suman las excursiones, las comidas, las bebidas, los shows y las actividades internas al hotel y otros servicios extra como guarderías y salas de juegos para niños, lo que parecía costoso se puede considerar accesible.

Por ejemplo, algunos hoteles de la cadena Decameron en destinos de playa de Colombia tienen piscinas naturales internas o playas privadas donde se puede hacer snorkeling en un entorno seguro y controlado. Otros hoteles incluyen deportes acuáticos (motorizados o no) en sus precios finales, obras de teatro, espectáculos musicales regionales o degustación de platillos y bebidas típicas del lugar…

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