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12 cosas que hacíamos en un viaje cuando no existía internet

A los menores de 30 años les parecerá que estas cosas pasaban cuando los dinosaurios dominaban la Tierra. ¡Pero, no! Esto ocurría anteayer.

Así se viajaba antes de que el mundo se volviera digital (y tremendamente acelerado):

Postal
1. Mandar postales

Con su sello y todo. ¡Que tierno¡ Lo peor de las postales era que como tuvieras la letra grande (caso de un servidor) no te cabía más que el saludo y la despedida. En el fondo daba igual: llegaban siempre a destino un mes después de que tu hubieras regresado del viaje.

¿Qué hacemos ahora?: mandar mensajes gratis por Whatsapp

Cabinas
2. Buscar cabinas y locutorios para llamar a casa

Como estuvieras muy enamorado de tu novia, te pasabas tanto tiempo dentro que te confundían con José Luis López Vázquez en La cabina.

¿Qué hacemos ahora?: hablar gratis por Skype

Leer
3. Leer libros en las salas de espera de los aeropuertos

Sí, lo juro. Antes existía una cosa de papel llena de letras que te entretenía un montón durante las horas de espera.

¿Qué hacemos ahora?: buscar wi-fi gratis deseperadamente y pulsar compulsivamente el botón de actualizar Facebook y Whatsapp para ver si hay nuevos mensajes.

Una a una
4. Disparar fotos con cuentagotas

A mil pesetas (6 euros) el carrete y otras mil pelas (otros 6 eurazos) el revelado"¦. cualquiera iba haciéndole fotos a las gilipolleces que fotografiamos ahora.

¿Qué hacemos ahora?: disparar fotos al tuntún y sin sentido, porque son gratis. Y si salen mal no importa: le pones un filtro y es una obra de arte en Instagram.

Proyector-diapositivas

5. Torturar a las amistades con interminables sesiones de diapositivas post-viaje

Las fotos se revelaban a la vuelta y cuando pillabas a la familia o a los amigos les soltabas unas sesiones de 500 diapos de tirón que hacían de Lo que el viento se llevo un breve videoclip musical.

¿Qué hacemos ahora?: le damos el mismo tostón a las amitades, pero compartiendolas al momento en Flick.r, Twitter, Pintarest, Facebook…

Billete antiguo
6. Cuidar como oro en paño tu billete físico de avión

¡Quien se acuerda ya de aquellos engorrosos y frágiles boletos llenos de hojas y papales de calco con el trayecto aéreo! Tenían además una desmedida tendencia a perderse. Y si lo perdía"¦¡te metías en un lío monumental para conseguir que te hicieran un nuevo billetel! ¡Qué angustia de viajes, guardando aquel boleto como si fuera oro en paño!

¿Qué hacemos ahora?: llevamos la tarjeta de embarque en un código QR del smartphone

Agencia 2
7. Ir a una agencia a reservar los billetes de avión y los hoteles

Los hoteles te los enseñaba un señor o señora en la agencia en un folleto impreso, tú te creías lo que te decía (ella/él jamás habían dormido en ese hotel) y te ibas tan contento sin saber que acababas de reserva en la casa de German Monster. Para confírmate una plaza en el avión podías pasar tres o cuatro días. ¡Aquello estimulaba mucho la virtud de la paciencia!

¿Qué hacemos ahora?: lo compramos todo al instante desde nuestro smartphone o en una agencia on-line

Preguntar
8. Preguntar a un señor con boina en la fuente del pueblo por dónde se iba a tal sitio

¡Ah! Que grandes momentos viajeros aquellos en que, ajenos a la invención de Google Maps, nos deteníamos a hablar con los aborígenes, quienes con su gracejo particular nos explicaban cómo llegar a la fonda El Peine o a la majada del Chicuelo. Con suerte, entablabas conversación y acababas comiendo chorizo y vino de bota en su casa. ¡Cuántas buenas relaciones con los aborígenes hemos perdido por culpa de Google Maps!

¿Qué hacemos ahora?: ponemos la dirección en el GPS y no sabemos ni por donde circulamos.

Plano
9. Comprar mapas y guías de viaje

Aviso para nacidos después de 1990: un mapa era una cosa como Google Maps pero que se doblaba. Una guía de papel era como la suma de varias docenas de blogs y webs, pero impresos, ordenados y encuadernados.

¿Qué hacemos ahora?: llevamos mil aplicaciones en el smartphone con todo tipo de guías y páginas de información.

A antiguo
10. Pegabas tus fotos de recuerdo en un álbum

Y una vez pegadas las fotos en el álbum, nunca volvías a abrirlo para verlas.

¿Qué hacemos ahora?: las almacenas en tu Iphone para enseñarlas en cualquier reunión y con la excusa más nimia, sin importante si a los otros les importa un bledo tu foto.

Dirección
11. Preguntar al primero que encontrábamos por la calle dónde había un buen restaurante en la ciudad

¡Y lo curioso es que hasta nos…

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