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Nace la segunda Easyjet

Sí, estamos ante una nueva Ryanair. Este domingo la low cost irlandesa implementó el permiso para poder transportar un segundo bulto de mano, sin coste adicional; el precio de la reimpresión de la tarjeta de embarque, que era de 70 euros hasta ahora, ha bajado a sólo 15; y en breve se podrá cambiar de vuelo en el mismo día, en el mismo trayecto, sin costo alguno, en el caso de que haya plazas disponibles. La compañía anuncia que empieza a volar a y desde lugares que antes había descartado por sus elevadas tasas, como es el aeropuerto de Bruselas (Zaventem, que está en Bruselas y no en Charleroi), Roma Fuimicino o Lisboa. Miren el listado de destinos de su nueva base en la capital belga y comprenderán que algo está cambiando: ahora es una línea aérea que vuela ciudades, no a aeropuertos en el medio del campo. Y lo más significativo: el consejero delegado, Michael O"™Leary ha aceptado desaparecer durante un tiempo de la primera plana mediática.

Simultáneamente, esta semana varios periódicos que habían acusado a la compañía de no cumplir los protocolos de seguridad llegaron a un acuerdo con ella, mediante el cual reconocen que no tenían pruebas suficientes para defender su postura ante un tribunal, con lo que la imagen de la aerolínea queda a salvo de estas acusaciones que, a lo que se ve, no estaban suficientemente fundadas.

O sea, toda una acumulación de cambios que apuntan a un nuevo perfil comercial que podríamos definir como un imitación de lo que Easyjet ha hecho magníficamente: low cost, pero amable, simpática y no siempre intentando ser un euro más barata sino que, en ocasiones, puede costar un poco más, pero ofrece también un mejor servicio.

Todas las aerolíneas han tenido que reinventarse en alguna ocasión, pero en este caso, a diferencia de lo que ocurre en otros muchos casos muy conocidos, la refundación tiene lugar cuando la compañía todavía está en la cúspide del mercado, con unos beneficios del entorno de los 550 millones de euros anuales, que ya quisiera para sí cualquier otra compañía.

La valentía de O"™Leary está en reconocer su error de posicionamiento, aceptar la reconversión y acometerla con aparente decisión. Ya les convendría a muchos de nuestros empresarios aeronáuticos ser capaces de analizar sus…

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