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¿Realmente necesitas utilizar tu teléfono en un vuelo?

A menos que viajes en primera clase o de negocios, o seas un niño que tiene más juguetes y dulces de lo que normalmente recibe en una semana, viajar en avión puede ser un asunto incómodo.

El espacio es pequeño, el alcohol viene en botellas demasiado pequeñas y si no se reclinan en ti, te gritan para reclinarse.

Lo peor de todo, ni siquiera puedes revisar tu Twitter mientras te sientas. O no podías.

Las autoridades de aviación en todo el mundo comienzan a liberalizar las medidas sobre dispositivos electrónicos en aviones.

El año pasado, Europa y Estados Unidos comenzaron a permitir el uso de "puerta a puerta" de teléfonos, tabletas y lectores electrónicos y en las últimas dos semanas Australia y Hong Kong siguieron esta medida.

En México, Aeroméxico anunció que permitirá mantener encendidos durante todo el vuelo los dispositivos electrónicos móviles como tabletas, e-books, vudeojuegos, reproductores de música digital y teléfonos inteligentes, claro, siempre y cuando estén en modo avión.

Durante años las personas pidieron que las reglas "sin sentido" que prohíben el uso de teléfonos durante el despegue y aterrizaje fueran revisadas y ahora parece que lo van a lograr.

Pero yo no utilizaré estas nuevas reglas.

Liberación del teléfono

A pesar de las frustraciones conocidas mientras viajas en avión, la prohibición de teléfonos ofrece, al menos durante algunos minutos, un descanso de los sonidos y canciones de la generación siempre conectada.

Durante algunos minutos preciosos, el mundo real regresa.

Los libros se vuelven cosas que leer, en lugar de cosas que planeas leer una vez que escribiste algunos correos electrónicos.

La ventana se vuelve un marco que resalta el exterior, en lugar de algo que evitar en caso de que rayos de sol molestos se reflejen demasiado en la pantalla.

Las personas que pasan mucho tiempo con las cabezas inclinadas hacia sus smartphones como si sus cuellos hubieran perdido repentinamente toda la fuerza, con los ojos parpadeando con los destellos, detonaciones, ráfagas y estallidos de cualquier juego que esté de moda en ese momento, reanudan una postura humana, hacen contacto visual y responden cuando se les habla.

¿Somos tan adictos a nuestros smartphones que no podemos dejarlos solos durante una fracción de fracción de un día?

Nuestras banquetas ya están plagadas de multitudes de personas que caminan viendo a sus teléfonos, con los ojos pegados a sus pantallas con inquebrantable aplicación.

Como una nueva raza de humanos que funcionan con tecnología, navegan por las calles, escaleras y sistemas de transporte público sin levantar los ojos o chocar entre sí; un triunfo de percepción periférica o quizá evidencia de que todos estamos conectados en una especie de dimensión borgiana superconsciente.

La cabina del avión era un lugar en el que podíamos escapar de esta sobrecarga de tecnología.

Podría vs. debería

Para ser claro, esta no es una queja sobre las aerolíneas, que simplemente ofrecen un servicio extra a sus clientes.

Es un lamento, y supongo que un reto; simplemente porque puedas, no significa que debas.

Siempre disfruto la llamada liberadora del capitán: "Por favor apaguen todos los dispositivos electrónicos hasta que estemos a una altitud de crucero".

Y no estoy solo.

En un estudio realizado en 2013 por la Asociación de Experiencia de Pasajeros de Aerolíneas y la Asociación de Electrónicos de Consumo de Estados Unidos, el 40% de los pasajeros quería utilizar sus dispositivos de puerta a puerta, lo que significa que el 60% no quería…

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