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Seis años de prisión para el hombre que detonó bomba en aeropuerto de Pekín

Un tribunal pequinés ha condenado esta mañana a seis años de prisión a Ji Zhongxing, el hombre paralí­tico que detonó una bomba en el aeropuerto internacional de Pekín en julio en un acto de protesta.

Ji fue hallado culpable de causar un atentado contra la integridad física mediante un artefacto explosivo, según la sentencia anunciada hoy por el Tribunal Popular del distrito de Chaoyang de la capital china y que Ji puede apelar en un plazo de diez días.

Según la Ley china, el crimen del que ha sido hallado culpable está castigado con penas de 3 a 10 años de cárcel.

El peticionario, paralizado y en silla de ruedas desde hace ocho años después de que fuerzas de seguridad local le agredieran, aseguró durante su juicio celebrado en septiembre que no quiso hacer estallar el artefacto artesanal y que éste se activó por error.

Ji, trabajador emigrante de la provincia oriental de Shandong, apareció en su juicio en camilla, debido a las heridas que le causó el estallido de la bomba que portaba entre manos en el suceso del aeropuerto.

El hombre, de 34 años, perdió su mano izquierda al explotar el artefacto el día 20 de julio, mientras que sólo una persona más, un policía, sufrió heridas, en su caso, leves.

Ji explicó al tribunal de Chaoyang que la bomba estalló por accidente al moverla de una mano a otra, cuando un policía se le acercó y tuvo miedo de que se la arrebatara.

El trabajador emigrante protagonizó esta protesta como parte de su eterna lucha por conseguir una compensación por la agresión que sufrió hace ocho años a manos de la policía local y que, según asegura, le dejó postrado en una silla de ruedas de por vida.

Su acto en la terminal 3 del aeropuerto de Pekín fue ampliamente difundido por las redes sociales, donde se pudo ver hasta un vídeo del hombre gritando que llevaba encima una bomba.

«Grité que tenía una bomba no porque quisiera herir a nadie. Estaba asustado de hacerlo», defendió Li durante su juicio, en el que se mostró arrepentido de sus acciones y agradeció a la policía por proporcionarle un tratamiento de emergencia después de la explosión.

Antes de emprender su protesta en el aeropuerto de Pekín, Ji ya había contado su historia en su blog en internet, donde publicó fotos de las heridas que le infligieron los agentes de seguridad locales en 2005.

En esta página web -bloqueada tras el incidente- Ji aseguró que un grupo de «chengguan» (efectivos de seguridad que funcionan a modo de policía local, conocidos por protagonizar agresiones en China) le atacó con barras de metal cuando transportaba en su moto-taxi a un pasajero, que también resultó herido.

Desde entonces reclama a las autoridades más de 300.000 yuanes (unos 50.000 dólares, 36.600 euros) para costear sus gastos…

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