INDUSTRIA AERONÁUTICA

Thomas Flohr, el magnate de los vuelos privados

Piel bronceada, barba de varios días, pelo peinado hacia atrás, pantalones vaqueros y chaqueta. Thomas Flohr es el tipo de hombre que es fácil imaginar bajando de un avión privado después de volar desde algún lugar exótico.

Tal vez esa imagen no sea del todo casualidad, pues es el propietario de una gran flota de jets privados.

Nacido en Alemania, pero nacionalizado suizo, Flohr es el fundador, jefe y dueño del 100% de VistaJet, la aerolínea que más rápido ha crecido en el mundo, pero de la que muy poca gente ha oído hablar y con la que muy probablemente sólo podamos soñar con poder utilizarla.

Pero ¿cómo puede alguien sin experiencia en aviación haber podido entrar en tal negocio?

Después de estudiar economía y polí­tica en la Universidad de Munich, Alemania, hizo su fortuna trabajando en la financiación de activos.

Su oficio le permitió el uso de aviones privados y entonces comenzó a preguntarse cómo funcionaba esa industria.

Así que pensando en cómo podía mejorar las cosas, decidió comprar sus dos primeros aviones.

En el año 2005 tomó «el riesgo más grande de su vida», según sus palabras, y compró otros tres aviones.

«Afortunadamente no he mirado hacia atrás desde entonces», reflexiona.

A Thomas Flohr no le gustan las mesas pequeñas a la hora de comer, pero le encanta cocinar para los amigos y correr en carreras de karts. Eso sí, su pasión es su hija Nina, la persona en la que más confía y a quien reclutó para su empresa.

Además, confiesa que le encanta volar y que una vez que está entre las nubes, es su momento para relajarse y pensar en sus cosas.

La imagen que ahora lucen sus aviones llegó con una anécdota. En su opinión, el color blanco era aburrido, de manera que cuando obtuvo su primer avión, decidió pintarlo de color plateado y añadirle una línea roja. Fue tan popular y vistoso en la pista, que esa combinación de tonalidades sigue siendo la impronta de su compañía.

La clave del éxito

A pesar de su empleo, este multimillonario no cree vivir una vida de «jet-set».

«Yo veo todo viaje como una necesidad. Quiero conocer a mis clientes en persona», dice.

En un promedio de dos semanas voló desde su base en Suiza a China, Rusia, EE.UU., Mozambique, Reino Unido e Italia.

VistaJet fue fundada en 2004 y ahora tiene 35 aviones; un número que crece con rapidez. La compañía cuenta con 170 pilotos y realiza más de 10.000 vuelos al año, incluyendo desplazamientos a 136 aeropuertos diferentes en África.

«Nos ha ayudado en gran medida el inmenso crecimiento de las economías emergentes», dice Flohr. «Hace tan sólo cinco años, los empresarios indios no utilizaban aviones privados, pero ahora lo hacen, lo mismo en China. Estamos aquí para servirles, también en Rusia. Las naciones BRIC (Brasil, Rusia, India y China), nos han ayudado mucho».

Tal es la demanda de sus servicios, que a principios de este año firmó el acuerdo más grande en la historia de los negocios de la aviación privada: un pedido a la canadiense Bombardier de 56 aviones -con opción de que sean 86 más- por un valor de US$7.800 millones.

Con un incremento de los ingresos del 26% al año, Thomas Flohr destaca tres factores fundamentales del éxito de VistaJet: sólo utiliza los aviones más nuevos y lujosos, vuelan a cualquier parte del mundo -no importa lo remoto que sea el lugar- y su objetivo está fijado en las economías emergentes, como China e India.

«Uno tiene que confiar en sus instintos», dice. «Me di cuenta de que el mercado (del negocio de los jets) estaba desatentido y quise desafiar a los jugadores consolidados. Me gusta una buena pelea entre David y Goliat».

Su consejo a los aspirantes a empresarios es que encuentren un nicho de mercado, centrarse en eso y ser buena persona en el camino».

Aviones de larga distancia

Este exclusivo mundo de la aviación privada está dominado por un puñado de proveedores estadounidenses que ofrecen a las empresas la oportunidad de invertir en el negocio.

Además, hay un buen número de proveedores más pequeños, que pueden alquilar un avión para un viaje en concreto.

El plan de Flohr fue crear un servicio mundial para que empresas, personas adineradas o incluso gobiernos, pudieran alquilar un avión directamente en el momento en el que lo necesitaran, sin acuerdos complicados e intermediarios.

«Sólo quieren alquilar un avión y quieren la mejor calidad posible. Pero si haces esto a través de un agente, a menudo no sabes el nivel de calidad o la…

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