CURIOSIDADES

Tirás la cadena en el avión pero ¿qué pasa después?

¿Qué sucede cuando utilizo el inodoro en un avión?

El prestigioso Wall Street Journal se tomó en serio el funcionamiento de los inodoros en aviones y envió a una de sus reporteras a visitar una fábrica de sanitarios de aviación en la Costa oeste de Estados Unidos.

Réplica transparente
La empresa se llama Zodiac Aerospace y está situada en Carson, California. Para construir unos aseos necesitan tener un réplica de las tuberías de un avión (de 156 metros de longitud) para calibrar el recorrido completo. En este vídeo el directivo de la compañía, Tim Birbeck, explica cómo funciona el sistema. El único cambio relevante respecto a lo que se instala en los aviones es que estas cañerías de laboratorio se construyen en plexiglás transparente en vez de en titanio. El objetivo es poder controlar todos los detalles del viaje de los desechos.

El poder de la presión
Para simular la materia fecal se usan piezas blandas de colores similares a las que usan los niños para hacer sus construcciones. Los residuos viajan por las cañerías a gran velocidad, y se llegan a alcanzar los 193 kilómetros por hora. El combustible que moviliza el interior del tubo es la diferencia de presión entre la cabina (el interior del avión) y el exterior del aparato (los tanques están conectados con las dos zonas). Eso produce un ruido extraño, distinto al del retrete de casa, provocado por la potencia del aire que mueve todo el conjunto.

Polémica reciente
La empresa californiana calcula que, a lo largo de un vuelo internacional de larga distancia, cada taza se usa una media de quince o veinte veces por hora. En un vuelo de diez horas, sin retrasos ni incidentes, tenemos de 150 a 200 tiradas de la cadena. Es vital que no haya ningún fallo porque no siempre viajan fontaneros a bordo.

La inutilización de los inodoros sería un problema sanitario muy grave. Recientemente se ha abierto una polémica en el sector aerospacial de Estados Unidos por la iniciativa de Delta Airlines de reducir el tamaño de los retretes para ahorrar dinero y espacio. Los abogados han descubierto que no existe ninguna ley en Estados Unidos que obligue a las aerolíneas a instalar servicios en los aviones. Se trata de una deferencia de las empresas, que ahora estudian métodos de ahorro que no afecten demasiado a la comodidad de los clientes.

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