El movimiento de turistas en Colombia es cada vez mayor, así lo demuestran las cifras de Migración Colombia y las entidades de turismo nacional, convirtiéndose en el segundo renglón de generación de divisas del país. Pero, al parecer, Colombia no está lista para la gran movilización de turistas nacionales y extranjeros. Deberá trabajar más en materia de seguridad, servicio, calidad y legalidad.
El Gobierno Nacional se ha preocupado por incentivar el turismo del país, logrando exitosamente este propósito, pero a pesar de los controles y campañas que se han venido desarrollando en cabeza del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, las entidades de turismo como Fontur y ProColombia; el sector se podría ver afectado con episodios como el reciente naufragio del barco en Guatapé, el cual, según las autoridades transportaba 170 personas, tragedia que dejo muertos y heridos en un lugar turístico por excelencia y que inevitablemente ha hecho eco en el mundo. Por lo pronto, MinCit ha anunciado que Asobarcos no contaba con Registro Nacional de Turismo (RNT) para operar y que se ha clausurado el establecimiento.
Uno de los destinos más importantes de Colombia es Cartagena, allí se siguen presentando abusos con los precios, la mala calidad de los servicios y la inseguridad. Recientemente una pareja de franceses denunció el abuso por el cobro de 850 mil pesos por un consumo que no superaría los 100 mil pesos. Por otra parte, la Isla de Barú, uno de los rincones más preciados por los colombianos, donde el turismo es la principal fuente de ingreso de sus habitantes, se ha convertido en foco del vandalismo, el microtráfico, las riñas y el incumplimiento de las normas. "Aquà tiene que haber más refuerzos, eso es lo que se requiere en Barú. Aquà no hay una autoridad buena, el turista no puede llegar porque los atracan", dijo recientemente a El Heraldo Eduardo Torres, residente del corregimiento
