TURISMO

Los sorprendentes paisajes de Jujuy donde se filmó «Mi obra maestra»

La intrincada traza de la Cuesta de Lipán y el Cerro de los 14 Colores de la Serranía de Hornocal son dos de los magníficos escenarios naturales en los que transcurre la película protagonizada por Guillermo Francella y Luis Brandoni.

La vistosa decoración que la naturaleza le asignó a Purmamarca -65 kilómetros hacia el norte de San Salvador de Jujuy por la ruta 9 Panamericana- no puede ser concebida desprovista del cielo sin la más mínima arruga, la multitud de cardones inmóviles sobre la ladera y el imponente Cerro de los Siete Colores recostado detrás del poblado. Pero no es todo: el impactante estallido cromático de la montaña sigue sorprendiendo una vez que la ruta 52 deja atrás las últimas viviendas de los pobladores y, enredada con el cauce intrincado del río Grande, trepa y trepa hasta hacerse un ovillo en la Cuesta de Lipán.

En dirección a las Salinas Grandes y el paso internacional de Jama, la cuesta fue elegida como uno de los escenarios de Jujuy donde transcurre la historia de ficción que Guillermo Francella y Luis Brandoni protagonizan en la película “Mi obra maestra”. Tonalidades amarillentas, rosadas, grises y violáceas, atravesadas por el fulgor rojizo disparado por el sol, afloran alrededor de la ruta pavimentada sobre la Cordillera. Las franjas minerales ondulan sobre los cerros, al mismo tiempo que los turistas apuntan con sus cámaras desde los miradores que surgen entre rectas mínimas en pendiente, curvas y contracurvas que hacen equilibrio al borde de intimidantes precipicios.

El camino laberíntico exhibe sin obstáculos los matices del paisaje y lo más indicado es no acelerar el paso. En su trayecto de 17 kilómetros desde Purmamarca, la ruta 52 asciende desde 2.192 metros sobre el nivel del mar hasta alcanzar 4.170 metros de altura en Abra de Potrerillos. El oxígeno escasea y acecha la amenaza de apunamiento.

Falta un buen rato hasta llegar a la vertiginosa bajada que apunta derecho a la gran planicie cubierta de sal y conviene no forzar el motor del vehículo y conducirlo a no más de 40 kilómetros por hora, alternando la primera con la segunda velocidad.

A unos 100 kilómetros al norte de allí-, el magnífico espectáculo de colores que ofrecen los cerros se multiplica en la Serranía de Hornocal, otra de las locaciones elegidas para algunas escenas de “Mi obra maestra”. Para llegar aquí es necesario recorrer un camino que demanda aún más precaución, ya que la traza de 24 kilómetros de la ruta 73 desde Humahuaca -sinuosa y llena de pendientes- es de ripio y suele ser atravesada por guanacos y vacas sueltas.

Indefectiblemente, todos los sentidos se conmueven desde la cima de un mirador que brinda la amplia panorámica de las vetas en zigzag del Cerro de los 14 Colores, uno de los más llamativos exponentes de yacoraite, típica formación calcárea de Perú, Bolivia y la Puna del Noroeste argentino afianzada a fines del Cretácico, hace 75 millones de años.

Ocres, verdes, amarillos y blancos se alternan con otras tonalidades que marcan la sedimentación por estratos. El Hornocal presenta este fascinante arco iris pétreo a más de 4 mil metros sobre el nivel del mar. En la vista abierta desde el mirador hasta el cerro sólo se interponen un profundo silencio y, de a ratos, el rumor del viento que baja de las altas cumbres…

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