En el 2018 Argentina recibió 490.000 turistas LGBT, para este año se espera un crecimiento del 12% y llegar a los 600.000 en 2020. Buenos Aires es uno de los principales destinos latinoamericanos y lentamente empiezan a ganar terrenos los del interior del país. Desde la Cámara de Comercio Gay Lésbica de Argentina (CCGLAR) consideran que contar con un Observatorio que analice el impacto económico de la comunidad sería vital “para entender y atender” mejor a uno de los segmentos de mayor gasto a nivel global.
“En Argentina crear un Observatorio (de turismo LGBT) tiene tres o cuatro años. Hay que hacer una inversión grande y por eso se ha ido postergando y dando prioridades a otras cosas, pero seguimos con la ilusión de poder crearlo, porque creo que además no existe en el mundo”, explicó a HOSTELTUR LATAM Pablo de Luca, presidente de la CCGLAR.
Se calcula que en el mundo la población LGBT llega a 496 millones y el PBI que generan es de 3,6 billones de dólares anuales. Por nivel de consumo “podrían ser considerados como un quinto país” y en términos de turismo, está previsto que el año que viene haya 180 millones de arribos LGBT y un impacto económico de 200.000 millones de dolares. Sabiendo que es una comunidad “con mayor tendencia a gastos de lujo”, desatenderlos -o no conocer estos datos- es un grave error para las empresas.
“Si en Argentina logramos hacerlo, pequeño pero sólido, es algo que podemos replicar en otros países de América Latina y empezar a medir lo que ni siquiera hacen los países que hace 30 años promueven turismo LGBT”, agregó De Luca, planteando que la impotancia de estas herramientas “lo vemos en turismo de reuniones, que como tienen un Observatorio tienen información al día. En época del big data, tener un observatorio sería buenísimo”.
En el marco del Gnetwork360, que tuvo lugar en Buenos Aires, el economista Pablo Síngerman, quien está a cargo del Observatorio de Turismo de Reuniones y del de Agencias de Viajes, habló de la necesidad de “medir el impacto económico” del turismo LGBT y resaltó que “si no tenemos datos podemos cometer errores gruesos, tanto en las decisiones que toma el sector público como en las decisiones de inversión o caminos a seguir por el sector privado”…
