Air France anunció este miércoles un ajuste de sus vuelos nacionales desde París, que se traducirá en un recorte, en la cesión de una parte a su filial de bajo coste Transavia y en el traslado de operaciones del Aeropuerto de París-Orly a Charles de Gaulle.
En un comunicado, Air France justificó estos cambios por una baja del 40 % en la demanda de los vuelos domésticos desde París-Orly entre 2019 y 2023, e incluso del 60 % para los viajes de ida y vuelta en el día.
Esto se atribuye a la reducción de los desplazamientos profesionales por el desarrollo de las vídeoconferencias y por la transferencia de una parte de esos viajes al tren.
El principal cambio es que en el verano de 2026, la aerolínea operará todos sus vuelos domésticos e internacionales en París desde el aeropuerto Charles de Gaulle con la única excepción de los enlaces con Córcega.
Para estos últimos, ha presentado una candidatura conjunta con Air Corsica para renovar la llamada Delegación de Servicio Público (DSP) por la que garantiza la continuidad territorial con esa isla francesa a cambio de subvenciones.
Transavia, que tiene su base y la seguirá teniendo en Orly, se convertirá allí en el «operador de referencia» del grupo Air France-KLM y explotará desde el verano de 2026 conexiones con Toulouse, Marsella y Niza.
Pese a todo, la transferencia de la actividad de Air France de Orly a Charles de Gaulle se traducirá en un recorte de la oferta global del grupo (que integra Transavia) al 90 % de su nivel actual en las conexiones entre París y Toulouse, Marsella y Niza.
Frente a eso, se mantendrá el 100 % del volumen de oferta entre París y los destinos de la Francia de ultramar.
Para el grupo, estos reajustes permitirán «una optimización de la utilización de los medios de cada compañía, una mejor lectura de la oferta para los clientes y la mejora de la competitividad de Air France»…