Daisy Soto creció en Tecate, Baja California, un pequeño pueblo de México, justo al sur de la frontera con Estados Unidos. A los 15 años descubrió su pasión por la aviación y comenzó a buscar formas de perseguir su sueño de convertirse en piloto de una aerolínea. Sin mentores ni conexiones con la industria de la aviación, se inscribió en la escuela en San Diego, a la que acudió durante el resto de su carrera estudiantil.
«Durante años, me desperté a las 4 de la mañana para asegurarme de llegar a la frontera a tiempo para ir a la escuela», dijo Daisy. «Cuando mi madre me preguntó si estaba cansada de levantarme tan temprano y conducir tan lejos cada día, le dije que la motivación era mi sueño de convertirme en piloto profesional».
Además de las horas de trayecto diario, Daisy se enfrentó a otros desafíos en su camino hacia la aviación. No sólo tuvo que aprender a hablar inglés con fluidez antes de empezar la escuela de vuelo en Estados Unidos, también tuvo que encontrar la forma de costear su formación como piloto.
Mientras estudiaba inglés, solicitó préstamos estudiantiles, los cuales fueron denegados porque aún no era ciudadana estadounidense. Todo eso cambió en 2018, cuando con 22 años solicitó y obtuvo oficialmente la ciudadanía. Lo siguiente: la escuela de aviación.
Posteriormente, buscando formas de financiar su formación como piloto, encontró a la Cadet Academy de American Airlines, un programa único en su tipo que ofrece opciones de financiamiento y un camino directo para convertirse en piloto de la aerolínea. Desde su lanzamiento, dicho programa ha contado con más de 500 egresados, muchos de ellos ya trabajando actualmente en cabina.
Daisy es una de los más de 320 aspirantes a aviador que se han graduado en la Cadet Academy y ahora trabaja como instructora de vuelo en una escuela de vuelo de Spokane en Washington, Estados Unidos.
«Hasta ahora cuento con más de 300 horas acumuladas y sé que tengo un largo camino por recorrer para llegar a las 1,500 antes de unirme a uno de los equipos regionales de American», dijo Daisy. «Estoy disfrutando de cada hora de vuelo porque puedo enseñar a otros a volar y ayudarles a seguir sus sueños de convertirse en pilotos».
Recientemente, Daisy fue reconocida como una de las ganadoras de la beca Mujeres en la Aviación Internacional (WAI) 2022. La conferencia anual ayuda a miembros a
alcanzar sus metas y avanzar en el desarrollo de sus carreras aeronáuticas y aeroespaciales con las que han soñado. Además de las becas, el equipo de reclutamiento de vuelo de American se reunió con cientos de futuros pilotos y concedió 36 ofertas de trabajo condicionales en la conferencia, incluyendo a 31 mujeres aviadoras. En el caso de Daisy, el dinero de la beca WAI le permitirá ampliar sus conocimientos y completar su certificación de avión Cirrus, con lo que estará un paso más cerca de unirse al equipo de American.
«Mi objetivo no es sólo llegar a ser piloto de American algún día, sino también inspirar y guiar a otras mujeres para que persigan sus sueños», explicó Daisy. «Me costó mucho encontrar a alguien que me guiara en el camino para ser piloto porque no había pilotos en mi familia ni en mi ciudad, así que quiero ser una mentora para otras».
Un consejo de Daisy para su yo más joven y para las mujeres que decidan seguir una carrera de piloto o de algún otro tipo es que nunca se rindan. «En algún momento mirarás atrás y verás que todos esos fracasos, y todo el trabajo duro valen la pena», dijo Daisy. Incluso después de todos los obstáculos a los que se ha enfrentado y superado, las vistas desde la cabina siguen dejándola sin aliento.
«No importa cuántas veces vuele, siempre me sorprenden los paisajes», dijo. «Volar es mi pasatiempo favorito, el hecho de que sea mi profesión es un sueño».