Con el fin de alinear la capacidad ante los cambios en la demanda como consecuencia de las restricciones de viaje y caídas de las reservas por efectos del COVID-19, Delta prevé una drástica reducción de la capacidad (medida en ASK) para el presente año. Advirtiendo el fuerte impacto que genera esta pandemia mundial y la incertidumbre que provocan decisiones unilaterales de algunos Gobiernos, la compañía de Atlanta considera un ajuste a la baja del 40% en la oferta lo que incluye la paralización de 300 aviones.
“La mayor reducción de capacidad en la historia de Delta, incluido 2001”, dice Ed Bastian, CEO de Delta, en una carta a los empleados de la línea aérea. En la misma indica que la situación actual “es muy dinámica y considera que es altamente probable que empeore”.
Aunque no advierte despidos, se infiere que estos ocurrirán no sólo para reducir el impacto financiero y asegurar la sostenibilidad de la línea aérea, sino para acomodar la fuerza de trabajo cuando se considera paralizar hasta 300 aviones en el escenario más adverso que a corto plazo se vislumbra.
Delta posee 913 aviones en su línea principal con datos del 15 de marzo. Entre los equipos que podrían verse afectados con la medida están los que son más antiguos y menos eficientes como los 111 Boeing 757-200, 16 B757-300, 56 B767-300ER o 21 B767-400ER. En esa categoría también incluyen los 47 McDonnell Douglas MD80 y 26 MD90 que aún operan o los Airbus A319 y A320 heredados de la fusión con Northwest.
Previamente, la línea aérea había considerado una reducción de un 15,0% en su oferta global para el presente año en comparación con las previsiones iniciales. Esta incluía una baja de entre un 20%-25% en vuelos internacionales. Los mercados con más afectados serían Asia-Pacífico con un recorte del 65% y entre 15%-20% para las rutas trasatlánticas, siendo los segmentos más afectados los que coinciden con los principales brotes de la pandemia. No obstante, en los vuelos internacionales también contempla una contracción en la oferta en torno al 5% en los vuelos hacia y desde América Latina y el Caribe. En los vuelos domésticos, el ajuste a la baja está estimado entre 10%-15%.
“A medida que el virus se ha propagado, hemos visto una disminución de la demanda en todas las entidades, y estamos tomando medidas decisivas para proteger también la posición financiera de Delta. Como resultado, hemos tomado la difícil pero necesaria decisión de reducir inmediatamente la capacidad y estamos implementando reducciones de costos e iniciativas de flujo de efectivo en toda la organización”, menciona Bastian.
Delta intenta confiar en la diversificación de su red de rutas como de flujos de ingresos para crear las defensas financieras frente a escenarios adversos como el que se presenta para el presente año. Si bien se estima un fuerte golpe financiero, este sería menor al de otros competidores dado que los mayores recortes se efectúan en mercados con poca relevancia en materia de ingresos. Por ejemplo, la región de Asia-Pacífico representa un 6% de los ingresos totales de Delta, mientras los vuelos trasatlánticos tienen una incidencia de 15%. El mayor porcentaje de ingresos está en el mercado doméstico con un 72%, según indica Delta con base a los resultados por ingresos fiscales del 2019. La región de América Latina y el Caribe aporta un 7% de ingresos totales…