Diego García lleva más de 30 años en la industria del turismo. “A los 17 años mi tío me consiguió trabajo en una agencia de viajes. Empecé como cadete mientras estudiaba ciencias de la comunicación (UBA), quería ser periodista. Con el tiempo decidí cambiar de carrera e ingresé a la Perito Moreno para hacer la tecnicatura en turismo”, recuerda el director regional de la aerolínea de bandera española Air Europa.
García ocupó distintos puestos de mando en agencias, hasta que en 2001, previo a la crisis, ingresó a Copa Airlines como gerente de ventas para Argentina, Paraguay y Uruguay. “Ahí estuve 4 años hasta que paso a Continental (dueña de Copa), cuando abrió la ruta en 2005. Fui subgerente de ventas y después country manager”, repasa.
En 2009 la carrera laboral de García hace un giro de 180 grados. Durante la primera presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, Axel Kicillof y Mariano Recalde arman el equipo que llevaría a cabo la recordada reconversión de Aerolíneas Argentinas y convocan a Juan Pablo Lafosse (hoy CEO de Almundo) para liderar esa cruzada. “Juan Pablo me ofrece entrar a la compañía y acepto. De ahí tengo un breve paso por Amadeus (un conglomerado francés, español y alemán con foco en el turismo corporativo) y luego regreso a Aerolíneas Argentinas con el actual Gobierno”, por pedido Isela Costantini (en aquel momento presidente de la empresa) y el actual Ministro de Transporte Guillermo Dietrich. “Estuve ahí hasta marzo del año pasado, cuando me convocó la gente de Air Europa”, cuenta García a Ámbito Financiero, durante la inauguración de la ruta Iguazú-Madrid.
Periodista: ¿Cuál es la demanda de viajeros argentinos a Europa en el contexto actual?
Diego García: Es excelente. A diferencia de otros destinos que cayeron por el contexto, Europa creció un 3% interanual. Recientemente ofrecimos financiación y duplicando las ventas desde la Argentina.
P.: ¿A qué se debe?
D.G.: El argentino que viaja a Europa se divide en tres segmentos: el corporativo, las familias que van y vienen y el mercado netamente turístico, que es un cliente de alto poder adquisitivo. Es un pasajero que no se resiente con la crisis. Europa es muy fuerte, a diferencia de otros destinos como por ejemplo el Caribe, que si bajó mucho la demanda los últimos años.
P.: ¿La financiación es determinante para comprar turismo?
D.G.: Es clave. Viajar para el argentino es una terapia. Y si tiene la facilidad de pagar en cuotas, en pesos y sin interés, le gana a la inflación. Es el combo perfecto.
P.: ¿Qué porcentaje total de la plaza de viajeros de Air Europa son argentinos?
D.G.: Hoy, el 50%.
P.: ¿Cuáles son los desafíos en la Argentina y la región?
D.G.: Seguir creciendo. Ahora nos entran dos aviones con la configuración de la nueva business, que son 36 butacas, con una configuración de cabina uno- dos-uno todo pasillo y el primer destino que la va a usar es Argentina. Para el año que viene estamos creciendo 12% en oferta en Ezeiza y en Córdoba e Iguazú también estamos mejorando el producto. Seguimos apostando fuerte al país.
P.: ¿Están evaluando otro destino en la Argentina?
D.G.: No por ahora. Parte de la estrategia es seguir creciendo en aquellos países donde haya volumen de pasajeros importante. La Argentina es uno de ellos. Por eso abrimos la ruta de Córdoba y ahora Iguazú. Y en el plano regional, este año abrimos Panamá y Medellín y en diciembre será el turno de Fortaleza. El año que viene apuntamos a Cartagena de Indias y San José de Costa Rica. En los planes a mediano plazo están Santiago de Chile y el DF (México).
P.: ¿Cuánto tiempo se negoció la ruta de Iguazú?
D.G.: Dos años y medio aproximadamente. Fueron varias idas y vueltas. El vuelo iba a empezar a operar en febrero pero el fabricante se demoró en la entrega de los aviones. Después pasó a junio, hubo otra demora y finalmente decidimos largarlo vía Asunción, en agosto.
P.: ¿Es un vuelo de alta demanda?
D.G.: Sí. Para los europeos, la Argentina es un destino exótico y compra el vuelo con seis meses de anticipación. Y el camino es ascendente, hay mucho potencial para explotar.