Aprovechando los fuertes vientos, una aerolínea polaca estableció un récord de velocidad en un vuelo entre EE. UU. y Europa.
El récord fue logrado en la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre por un Boeing 787 de LOT Polish Airlines, en la ruta Newark – Varsovia.
En algunos tramos del vuelo, la aeronave alcanzó una velocidad con respecto a la tierra de 665 nudos, lo que es equivalente a 1.230 km/h. Todo esto fue gracias a las corrientes de viento que estaban presentes ese día, empujando literalmente al 787-8.
La pregunta se impone: si estos vuelos alcanzaron esas velocidades, teóricamente superiores a la velocidad del sonido, ¿pueden considerarse supersónicos? La respuesta, lamentablemente, es que no: si bien la velocidad relativa a la tierra (Groundspeed) excedió la barrera de Mach 1, su velocidad de desplazamiento real relativa al aire dentro del cual se mueve (True Airspeed) no superó en ningún momento ese umbral.
Con esto, el avión llegó más de una hora antes de lo previsto, completando la ruta en 6 horas y 55 minutos, mientras que el tiempo estimado era de 8 horas y 10 minutos. Este fue el vuelo más rápido entre EE. UU. y Polonia realizado por un avión comercial, y también la travesía transatlántica más rápida a esta distancia o equivalente…