Aún después de haber recibido un préstamo de 56 millones de euros de la Sepi, Plus Ultra Líneas Aéreas no tiene expectativas de reanudar sus vuelos regulares hasta finales del año, si es que no se extiende a 2022, después de haber tenido un breve regreso en julio de 2020. Su CEO, Roberto Roselli, destaca que todo depende de la evolución de la pandemia de la COVID-19, en los países a los que operan, aún cerrados con fuertes restricciones –Perú, Ecuador, Venezuela y estaban próximos a aterrizar en Colombia-. “Muy probablemente lo que vamos a ver es que en España tengamos una recuperación debido a un ritmo de vacunación más acelerado, con capacidad de recibir turismo desde otras partes, mientras que Latinoamérica tardará un poco más”. Afirma que, entre las cuarentenas, las exigencias de PCR y el riesgo de quedarse varados en países lejanos, en el mercado español aún hay miedo a viajar y persiste la contracción de la demanda de destinos de largo radio.
La aerolínea consolidó en 2019 un tráfico de más de 300.000 pasajeros en sus rutas Madrid-Lima-Madrid, Madrid-Caracas-Madrid, Tenerife-Caracas-Tenerife y Madrid-Quito-Guayaquil-Madrid. En estos momentos, cuenta con una plantilla de 354 personas y una flota integrada por Airbus A340, dos -300 y el más reciente -600. Uno de los -300 ha sido acondicionado con recipientes especiales sobre los asientos para transportar mercancía, fundamentalmente equipo sanitario anti COVID-19, mientras que del -600 fueron retirados los asientos para transportar carga en cabina. El otro -300 continua con su configuración original con asientos para operar vuelos de repatriación que es, prácticamente, su única operación de pasajeros en estos momentos. De hecho, tienen programados para las próximas semanas seis vuelos entre Caracas y Madrid -uno para marzo, dos para abril, dos en mayo y uno en junio-.
Diálogo con el CEO
A raíz de la solicitud del crédito a la Sepi, ¿cuál es la situación actual de la compañía? ¿Qué impacto tuvo el año pasado la pandemia y cuándo van a empezar a operar de nuevo?
La pandemia ha tenido graves consecuencias en las operaciones de la compañía. Desde marzo todos nuestros vuelos regulares fueron paralizados debido a que los destinos a los que volamos –Quito, Lima, Guayaquil y Caracas- fueron cerrados y los planes que teníamos de abrir rutas tanto a Cali como Cartagena, en Colombia, que era nuestro siguiente mercado, tuvimos que cancelarlos. Durante todo 2020, hemos tenido que reconvertirnos para buscar distintas maneras de generar ingresos y mantener la compañía, digamos, convida. Fue una oportunidad bastante interesante porque reconvertimos nuestros aviones para atacar el mercado de carga. Entre marzo y junio, realizamos operaciones muy importantes y vuelos de repatriación desde Lima y Caracas.
¿En qué momento requirieron la ayuda de la Sepi?
Si bien esa actividad nos ayudó a generar una caja que nos permitió extender la vida de la empresa, paralelamente tuvimos que trabajar el tema de la Sepi. Comenzamos en agosto para hacer la presentación de la solicitud del préstamo en septiembre y, desde ese momento hasta el día en que lo aprobaron (en el Consejo de Ministros del martes 9 de marzo), fue un proceso minucioso, que la Sepi revisa, además de contratar asesores externos para que den una opinión independiente desde el punto de vista legal, laboral, impositivo, financiero… todo un conglomerado de información sobre la empresa que sirve de soporte a la decisión de Sepi.
¿Presentaron un plan de viabilidad?
Sí, hay que presentar un plan de viabilidad que tiene que ser verificado por asesores externos, nombrados por a Sepi, que lo evalúan y tienen que darle el visto bueno, y si consideran que debe hacérsele modificaciones, hay que ir adaptándolo.
¿Qué elementos tiene ese plan de viabilidad, es decir, sobre qué bases la empresa puede volver a producir de forma sostenible, viable?
Los detalles del plan como tal no podemos comentarlos, pero puedo decir que nosotros retomaremos el plan estratégico que teníamos antes de la pandemia. Vamos a recuperar nuestra visión de atender al mercado latinoamericano, enfocándonos en aquellos destinos en los que veamos rentabilidad tanto en yield como en volumen de pasajeros, y la idea es seguir fortaleciendo las rutas que actualmente tenemos y abrir nuevos mercados siempre dentro de la región de Latinoamérica.
¿Cuándo empezarían a operar nuevamente, este verano?
Todo dependerá de cómo evolucione la pandemia y que los países a los que operamos levanten sus restricciones y abran, porque muy probablemente lo que vamos a ver es que en España tengamos una recuperación obviamente por un ritmo de vacunación más acelerado y estará en capacidad de recibir turismo desde otras partes, mientras que Latinoamérica puede que tarde un poco. Esperemos que para el verano los gobiernos de los países a los que nosotros volamos abran fronteras para poder iniciar operaciones. Pero nosotros estamos preparados desde hoy, obviamente con la ayuda que nos han aprobado, para iniciar operaciones en el momento en que los mercados que se abran.
¿Perú no había anunciado que abría sus fronteras?
Perú ha dicho desde noviembre que iba a abrir en diciembre, después en enero, luego en febrero, ahora dice para abril, constantemente está modificando las fechas de apertura y estamos esperando que nos lo digan oficialmente. Una cosa son las expectativas de un ministro de Turismo y otra la situación determinada por la situación sanitaria…en Colombia, una apertura de ruta no es tan sencilla. Iba a ser en verano pasado, y con la evolución de la pandemia no va a ser posible. Se está hablando para verano de 2022.
¿Es decir, que ninguno de los mercados está abierto en la actualidad ni tienen expectativas de que se abran?
A día de hoy, no. Pero esperemos a ver cuáles son las noticias para el mes de abril. Venezuela cerró ahora en marzo al igual que Perú y Ecuador. De hecho, Ecuador abrió una ventana en diciembre, pero luego la cerró. En ese tiempo, hicimos unos vuelos, pero hay mucha negativa del pasajero a viajar, hay todavía mucho miedo a viajar, las cuarentenas limitan mucho, la exigencia de una PCR y el miedo del pasajero de viajar a un país y quedarse atrapado porque de pronto cierren fronteras, eso desanima y limita mucho la demanda.
¿Y la demanda en el mercado español a Latinoamérica está todavía contraída?
Sí, totalmente, sigue aún contraída…