El director ejecutivo de la aerolínea australiana Qantas, Alan Joyce, apuesta por una excepción en las medidas de distancia de seguridad en trayectos domésticos, debido a la inviabilidad económica de las rutas y la falta de evidencia de contagios en los vuelos
«Incluso si se deja vacío el asiento del medio se tiene 60 centímetros de distancia. Las reglas indican que el distanciamiento físico debe ser de 1,5 metros. Si se aplica esto tendremos menos personas en los aviones y los precios serán muy altos», subrayó Joyce en una entrevista emitida este lunes por la cadena pública australiana de televisión ABC.
Joyce explicó que en el reciente vuelo internacional de Qantas para la repatriación de australianos desde India recibió el beneplácito del Gobierno para no dejar asientos vacíos entre los pasajeros; y apuesta por hacer lo mismo en las rutas domésticas
Algo que choca con las medidas adoptadas por compañías de Estados Unidos y otros países que abogan por dejar al menos un asiento de separación entre los pasajeros, además de otras recomendaciones como llevar puesta una mascarilla durante todo el viaje.
No obstante, el directivo de Qantas remarcó que no hay evidencias de transmisión entre las personas durante los vuelos, al atribuir este hecho a la eficiencia del sistema de filtración del aire HEPA (siglas en inglés de high-efficiency particulate air) que se utilizan durante los desplazamientos aéreos
«No se conocen casos de transmisión de COVID-19 entre pasajeros o con la tripulación», remarcó Joyce.
A mediados de abril, las aerolíneas Qantas y Virgin Australia, esta última en un proceso de administración judicial, recibieron una ayuda gubernamental de 165 millones de dólares australianos (105 millones de dólares estadounidenses o 97 millones de euros) para operar vuelos domésticos clave durante la crisis de la COVID-19.
El dinero sirve para cubrir hasta mediados de junio los costes de estas rutas que conectan a todas las capitales de los ocho estados y territorios australianos, así como las principales ciudades del interior del país.
Esta inyección financiera se sumó a los 1.000 millones de dólares australianos (638 millones de dólares estadounidenses o 586 millones de euros) que destinó el gobierno en marzo pasado a la industria de la aviación aérea en respuesta a la pandemia.
El gobierno australiano, que mantiene cerradas las fronteras y no permite a los ciudadanos abandonar el país, quiere reanudar toda la actividad económica para julio próximo, pero hasta el momento el Comité Principal de Protección Sanitaria Australiana no se ha pronunciado respecto al levantamiento de las medidas de distanciamiento interpersonal durante los vuelos…