Al final del partido en el estadio en Niza, el conocido comentarista islandés Gudmundur Benediktsson repitió una y otra vez: «¡Nos vamos a París! «¡No puedo creer lo que vÃ! ¡No me despierten más! ¡No me despierten más de este sueño loco!», gritó por el micrófono hasta perder la voz después que Islandia eliminara el lunes a Inglaterra de la Eurocopa de Francia. Nadie puede describir mejor el estado de ánimo actual de los islandeses como el especialista en fútbol.
Un país entero sueña también como él mientras se frota los ojos con incredulidad. Pero, sobre todo, muchos islandeses quieren una cosa: viajar a Francia para presenciar los cuartos de final ante el país anfitrión. «Estamos tratando de llevar a tantas personas como sea posible a París. Tenemos tres vuelos al día, pero es probable que se llenen rápido. Pero hay otras maneras de viajar», señala Gudjon Arngrimsson, portavoz de la aerolínea Icelandair. La página web de la compañía aérea Air Wow colapsó después de la victoria ante Inglaterra.
Todo da igual en este momento en la isla de 330 000 habitantes: el trabajo, la escuela, la vida cotidiana. «Ahora vamos a hacerlo. Todos van a ir a Francia a apoyar a los muchachos. Tan simple como esto», asegura un aficionado, quien vio el partido contra Inglaterra en la colina de Arnarhóll, en el centro de la capital Reikiavik. Junto a él, unas 10 000 personas celebraron con camisetas azules y cascos de vikingos el histórico avance de su seleccionado nacional…