Frecuentemente escuchamos que los viajes son un motivo para alejarnos de hábitos saludables, o incluso tener compromiso con nuestra salud. Para evitar estas situaciones te presento cinco tips que pueden ayudarte a viajar cuidándote, y así además disfrutarás tu viaje con energía y vitalidad:
Prepara tus snacks saludables: opciones como palitos de zanahoria, apio y calabacín, frutas frescas (mandarina, cerezas, coco, por ejemplo), semilla sin sal (manÃ, almendras, avellanas, merey, etc.) pueden ayudarte a combatir el hambre evitando los tentempié de los aeropuertos que generalmente son de alto contenido de azúcares, sal y grasas. Consumir altas cantidades de sal puede favorecer que se hinchen tus piernas y pies, además de favorecer elevaciones de la presión arterial. El consumir frutas y vegetales te aportará energía y fibra, ayudándote a mantenerte alerta y activo durante el viaje.
Hidrátate adecuadamente: consume agua fresca, evitando los saborizados, refrescos, gaseosas, o jugos empaquetados, ya que tienen niveles altos de azúcar y medio de sal, lo que favorecerá retención de líquido, hinchazón en piernas y pies, y sensación de pesadez, lo cual hará más pesado tu viaje.
Elije tu ropa de viaje: usa prendas suaves, holgadas y cómodas, ligeras y confortables, sin adornos ni cinturones metálicos. Así mismo elije calzado que sea cómodo y no aprieten, sin zonas de roces para que no lastimen tus pies al momento de caminar largos trechos o si se hinchan un poco los pies y tobillos; evita que tengan accesorios metálicos y que sean fácil de quitarse y volver a calzarse, con medias que te aporten comodidad y protección.
Recuerda que en las aduanas y aeropuertos te pedirán pasar las revisiones que incluyen detectores de metales y retiro del calzado, de modo que un vestuario adecuado agilizará tu viaje. El hecho de que las prendas sean cómodas y holgadas, evitará zonas de roce y extremidades apretadas, lo que favorece trastornos circulatorios. Lleva a mano un sweater o una bufanda ya que en los aeropuertos y aviones por lo general hace un poco de frío, así como una almohadita o cojín para el cuello y una mantita de apoyo para la región lumbar.
¡Muévete! Los viajes nos mantienen en una misma posición por largo rato, lo cual favorece hinchazón en las piernas, enrojecimiento, malestar, calambres y hasta trombosis, conocido como el síndrome de viajero de la clase turista, el cual aumenta su incidencia en aquellos vuelos largos, más aún si llevamos las piernas inmóviles y flexionadas por más de una hora. Así que, en la sala de espera, aprovecha caminar, y durante el viaje, cada 40 minutos haz unos ejercicios de estiramiento de miembros inferiores que puedes realizar desde tu asiento o levantándote (Puedes revisar algunos de los ejercicios en el siguiente link http://mettas.com.ve/2016/10/04/2053/ ). En casos de viajes prolongados, puedes además usar medias de presión, y según los antecedentes médicos y factores de riesgo de trombosis, usar una dosis profiláctica de aspirina desde el día antes del viaje inclusive, para lo cual es recomendable consultar a su médico.
Evita el estrés: organizarte con tiempo, colocar tus documentos de viaje, dinero, tarjetas bancarias, bolígrafo, seguro de viaje, teléfono con los números de contacto clave para el viaje (taxis, hotel, amigos, centro de contacto de la aerolínea, del seguro de viaje y bancos que usas por ejemplo) y cargador en un solo sitio te hará tener a mano lo necesario y evitar angustiarte al momento que te soliciten algún documento o dato del viaje, así como poder coordinar qué hacer ante algún imprevisto. Sal con suficiente antelación al terminal correspondiente tomando en cuenta algún imprevisto como trancas del tráfico o que se pinche una llanta. Alguno de estos puede hacerte perder tu salida y cambiar bruscamente los planes, y generar estrés y ansiedad intensos…
