CURIOSIDADES

Cómo sortear las dificultades de viajar con un bebé

Muchos padres tienen miedo de viajar con un bebé porque no saben cómo va a reaccionar éste a los distintos estímulos nuevos: si se le van a tapar los oídos en el avión, si los demás pasajeros se van a quejar de su llanto. Además, está el factor equipaje: son tantos los bolsos y bártulos que tenemos que llevar para un bebé que a veces no tenemos manos libres para maniobrar con todo ni espacio suficiente para meter las distintas pertenencias.

Sin embargo, hay varios factores que pueden hacer que nuestro viaje con un bebé (o más) sea mucho más llevadero para todos y así le empecemos a tomar el gustito, como esta familia que empezó a viajar por el mundo con una bebita de poco más de tres meses. Al cumplir un año, la niña ya había recorrido 12 países ¡y sigue viajando!

La mirada ajena

Lamentablemente, por lo general los pasajeros de un avión o micro de larga distancia se muestran muy poco amigables para con los padres que viajan con bebés (aunque siempre hay excepciones, por supuesto). Muchas veces los miran mal cuando éstos lloran, gritan o juegan. Obviamente como padres, hay que intentar que nuestros hijos se mantengan lo más controlados posible y que no molesten a los demás, pero hay cosas inevitables que no deberían recibir miradas de reproche por parte de nadie. Ojalá en todas las aerolíneas hicieran promociones como esta:

En el video se muestra cómo, por el día de la madre, cada vez que un niño lloraba en el avión, la aerolínea recompensaba a los pasajeros con un 25 por ciento de descuento en su próximo vuelo, ¡hasta llegar a un pasaje gratis! En un comunicado de prensa, la compañía explicaba que habían decidido lanzar esta promoción para demostrar que la empatía para con las madres que viajan con niños pequeños puede valer la pena y pedían a los demás pasajeros que lo piensen dos veces antes de mirar mal a los padres en esta situación. ¡Espectacular!

Algunos consejos para el avión

Lo mejor de viajar con bebés o niños menores de dos años es que no pagan pasaje. Así que es una buena idea aprovechar para viajar antes de que los niños alcancen esa edad. Además, la mayoría de las aerolíneas permiten que llevemos uno o dos ítems más de equipaje del bebé (por ejemplo, cochecito y practicuna o solo cochecito) de manera gratuita. Y otro plus es que las mamás y familias con bebés tienen embarque prioritario en todos los vuelos.

Es preferible tratar de sacar pasaje en horarios de siesta (si es un vuelo corto) o en vuelos nocturnos, ya que viajar con un bebé dormido resulta infinitamente más cómodo para todos , pero especialmente para el bebé, a quien seguro le gustaría gatear o jugar por todo el avión y va a ser difícil que lo pueda hacer.

Otro tema a tener en cuenta son los oídos: si a nosotros, que entendemos qué es lo que nos pasa y además podemos tratar de solucionarlo, nos molesta que se nos tapen los oídos, es lógico que para un bebé sea mucho más incómodo aún. Por eso, hay que llevarles algo para comer o tomar al momento del despegue y aterrizaje, para ayudarlos a destapar sus oídos o al menos distraerlos un poco durante ese momento.

También hay que acordarse de consultar con la aerolínea si en los vuelos de larga distancia se puede solicitar el servicio de cuna abordo. En esos casos se asigna al adulto la primera fila, que cuenta con el espacio para colocar la cuna. Y también consultar si se puede pedir comida especial para bebés (en muchas se puede) o, en caso contrario, qué se puede llevar…

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