Al mediodía del jueves 4 de enero de 2007 la plana mayor del gobierno de Tabaré Vázquez (los ministros de Economía, Danilo Astori, y de Transporte, Victor Rossi, entre otras autoridades) se presentó ante la prensa para hacer un anuncio histórico que supondría un logro político de la primera administración de izquierda.
Se anunciaría una salida para poner fin a la sangría de dinero que significó la aerolínea de bandera estatal Pluna que venía de 10 años de una asociación con Varig y había dejado pérdidas al Estado uruguayo del orden de US$ 70 millones.
Se asoció a la empresa con el grupo Leadgate, acercado al país por "fantasma" al decir del expresidentes de Ancap Raúl Sendic en referencia al ejecutivo de inversiones Paul Elberse que también acercó un comprador para el Nuevo Banco Comercial a la salida de la crisis del 2002.
Cuando se produjo aquella asociación por la que Leadgate asumió la mayoría accionaria de Pluna, el entonces ministro de Ganadería, José Mujica desconfió de la salida que ponía a la compañía en manos de un empresario que pasó "de las vacas a los avione".
Se refería al argentino Matías Campiani, la cara visible de Leadgate que antes había ingresado como socio en Ecolat nacida tras la quiebra de Parmalat.
Lo cierto es que con gerenciamiento privado, Pluna comenzó a levantar cabeza luego de que entre 2000 y 2007 Rentas Generales debiera desembolsar US$ 140 millones.
Pero en julio del 2012 con una a menaza en cierne de un juicio millonario de ex trabajadores de Varig, el gobierno de José Mujica resolvió cerrar Pluna y ahà empezó un embrollo de película que tuvo un corolario tragicómico al cierre de esta semana.
Primero el gobierno armó una puesta en escena para rematar los siete aviones de la aerolínea al que se presentó un supuesto testaferro del empresario Juan Carlos López Mena. Pero como El Observador y Búsqueda dejaron al desnudo la malograda operación, que aún investiga la Justicia, las unidades siguen en poder del fideicomiso que administra los bienes de la firma liquidada.
Entonces surgió la idea presidencial de venderle las aeronaves a los extrabajadores de Pluna para que a través de una cooperativa operen Alas U.
El coordinador del Pit-Cnt, Fernando Pereira, dijo a El País que desde la central sindical están dispuestos a colocar como garantía «los pocos bienes que se tienen a disposición del Estado como garantía» para que la cooperativa pueda comprar las aeronaves por US$ 48 millones.
«Lo que tenemos son los tres autos y una camioneta (valuados en US$ 45.000), los bienes muebles. Además sugirió poner…