El Departamento de Justicia de Estados Unidos ofreció anoche la confesión íntegra de Chuck Blazer, ex secretario general de la CONCACAF y topo del FBI. Lo que revela es tremendo. "A principios o alrededor del 2004 y hasta el 2011, yo y otros miembros del Comité Ejecutivo de la FIFA acordamos aceptar sobornos en conjunción con la elección de Sudáfrica como nación sede de la Copa Mundial del 2010", se puede leer en su testificación firmada.
El testigo del FBI, que sigue viviendo en su apartamento de la Torre Trump y que cada mañana saca a pasear a su perro Shih Tzu por la Quinta Avenida vigilado de cerca por dos hombres de negro, precisó que "recibía los sobornos en cheques al portador, en la terminal de llegadas del aeropuerto JFK de Nueva York". Luego blanqueaba la mordida en cuentas de Bahamas e Islas Caimán. Pero no se acaban aquà las sorpresas, Blazer dice que la corrupción empezó mucho antes. "Durante mi asociación con FIFA y CONCACAF, entre otras cosas (…) accedà con otras personas alrededor de 1992 para facilitar la aceptación de un soborno ligado a la elección de la nación sede para la Copa Mundial de 1998", que finalmente se disputó en Francia.
El soplón, que obtuvo evidencias en contra de muchos de sus compinches en el vértice de la FIFA, canta de plano. "Alrededor de 1993 y hasta inicios de la década del 2000, yo y otras personas aceptamos sobornos en conjunción para otorgar los derechos para las Copas Oro de 1996, 1998, 2000, 2002 y 2003"…
