Aunque quien más y quien menos hemos viajado en avión alguna vez, siempre hay una primera vez para hacerlo. Y en esos momentos, los nervios pueden jugar una mala pasada y hacer que algo que es relativamente sencillo se convierta en algo complejo y problemático. Así que vamos a ofrecerte algunos consejos para que la experiencia sea más agradable y lo más rápida y práctica posible. Vamos allá.
La llegada al aeropuerto
La llegada al aeropuerto se ha de planificar para poder estar con el tiempo suficiente para hacer todas las gestiones y embarcar con tiempo de sobra. El tiempo necesario puede variar según sea el aeropuerto, su tamaño, el tráfico de pasajeros y los servicios con que cuente. Lo ideal es hacer el embarque un par de días antes desde casa y tener impresos todos los documentos necesarios.
Es importante estar un par de horas antes en el aeropuerto, aunque en los vuelos nacionales puede ser suficiente con una hora, mientras que en otros se puede pedir que se esté allí tres horas antes. De todas maneras, es mejor salir de casa con tiempo, haciendo una previsión de as dificultades que podemos encontrar en el camino, como atascos en la autopista.
Al llegar, hay que dirigirse hasta el mostrador de la aerolínea para facturar el equipaje que no ha de viajar con nosotros en cabina. Si no se tiene que hacer este paso y solo se tiene equipaje de mano, se puede ir directamente a la puerta de embarque marcada en el billete. Algunos aeropuertos pueden ser muy grandes y nos podemos perder en ellos, así que tenemos que ir con previsión para tener localizados cada uno de los puntos importantes, como la puerta de embarque que corresponde al vuelo que se ha de tomar…