Anthonius Gunawan Agung sacrificó su vida para salvar la de otros; esa es una de las conmovedoras historia que deja el terremoto que azotó Indonesia el pasado viernes y hasta el momento ha dejado a casi 900 personas fallecidas.
Cuando comenzó el sismo Gunawan se encontraba como contralor aéreo supervisando la salida de un vuelo de la aerolínea Batik Air. Mientras que compañeros de trabajo corrían despavoridos él decidió quedarse hasta tanto no estuviera seguro que el avión había despegado sin problemas.
La decisión le costó su vida pero salvó la de muchos otros. Cuando intentó escapar el controlador se encontró con cientos de escombros por lo que decidió saltar desde la cuarta planta de la torre de control, pero en la caída sufrió fracturas en las piernas, brazos y costillas; murió horas después en un hospital.
La valentía de Agung ha sido destacada por Yohanes Sirait, portavoz de la empresa de gestión del tráfico aéreo Air Navigation Indonesia, quien aseguró que el sacrificio de este joven había salvado la vida de cientos de personas…