Según datos de la última Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la tasa de participación económica de mujeres de 15 años o más con al menos un hijo es de 43.4 por ciento, casi igual a la de aquellas mujeres ocupadas sin hijos (43.2 por ciento). Esto puede ser indicativo de que los roles tradicionales de esposa y madre van dando paso a otras aspiraciones y proyectos de vida para las mujeres en nuestro país.
Sin embargo, la maternidad en la industria aérea tiene matices peculiares, pues mientras instituciones como la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) señalan que, en caso de embarazo, las pilotas y controladoras aéreas que deseen continuar con sus labores deben antes ser certificadas como aptas, especialistas como el Dr. Octavio Amezcua opinan que las capitanas y copilotas deben "bajarse del avión inmediatamente y no volar sino hasta 2 o 3 meses despué" de dar a luz.
Cosset Vargas, piloto de Boeing 777 de Aeroméxico… y mamá
Además de la regulación está la atenuante biológica pues recordemos que, a mayor edad, menores son las probabilidades de quedar embarazada.
Y dadas las condiciones de desarrollo actuales, donde las pilotas deben pasar por largas temporadas de adiestramiento y puestos de transición, es probable que sea hasta pasados los 30 años cuando por fin alcancen el rango de oficial de una aerolínea comercial, momento en el cual se pueden empalmar las aspiraciones profesionales con las familiares.
Tal fue el caso de Cosset Vargas, comandante y primer oficial de aviones Boeing 777 de Aeroméxico, quien contó a A21 su experiencia como madre soltera de Sarah, de nueve años, a quien ha tenido que dejar a cargo de sus padres "“incluso en ocasiones como Navidad, cumpleaños y enfermedad"“ para poder perseguir una carrera en el mundo de la aviación…