Cuando Steve Brooks y Matt Jones, pilotos y entusiastas de la aviación, compraron hace diez años un caza Silver Spitfire de 1943, decidieron rendir homenaje de algún modo al paradigmático diseño y la singular ingeniería del emblemático avión británico, símbolo de los aliados durante la Segunda Guerra Mundial.
El próximo 5 de agosto ambos despegarán desde el sur de Inglaterra con este caza cuidadosamente restaurado para recorrer más de 43.000 kilómetros a lo largo de varios meses y visitar unos 30 países. El piloto Brooks confesó, en una entrevista con Efe, que la intención del proyecto es que «la gente lo vea y lo escuche en el cielo 75 años después de su construcción».
El piloto británico mostró su emoción al hablar de la nave: «El Spitfire es uno de los aviones más preciosos jamás construidos, fue diseñado para defender la libertad humana y hay algo mágico en él».
Es por este motivo por el cual Brooks y Jones decidieron «devolver a la vida» a esta joya de la aviación que acostumbra a estar expuesta en museos como un objeto intocable.
«Fueron construidos para volar, no fueron construidos para estar en tierra», aseguró.
El Spitfire, diseñado por RJ Mitchell en los años 30, es uno de los aviones de combate más famosos de la historia y el que se produjo en mayores cantidades durante la Segunda Guerra Mundial, con más de 20.000 ejemplares en menos de una década.
El aeroplano tuvo un papel fundamental en la victoria británica sobre los nazis durante la Batalla de Inglaterra en 1940, en la que los alemanes volaron con el Messerschmitt Bf 109, otro de los aviones de combate más conocidos de la historia.
Fue este triunfo el que provocó que se convirtiera en un «emblema de la libertad» y en un orgullo para el Reino Unido.
«Este avión en concreto no estuvo en esta contienda. Fue construido en 1943, pero voló 51 veces en la Segunda Guerra Mundial», señaló.
Los pilotos comenzaron con la restauración hace dos años y medio, un trabajo que Brooks calificó como «un proyecto masivo» en el que su patrocinador, la firma de relojes de aviador IWC Schaffhausen, ha permitido que «de manera precisa el avión se mantenga del mismo modo que habría estado en la época».
Para restaurar el caza, un gran equipo de ingenieros desmontó el avión y retiró hasta 8.000 tornillos. Esta intensa labor ha permitido que el Spitfire conserve exactamente la misma tecnología que entonces, con un acabado único en plata y cromo, y un GPS añadido en el casco como novedad.
Durante el viaje, el Spitfire aterrizará en varios países que nunca han visto un aeroplano de este tipo en sus aeródromos. Algunos de los destinos que incluyen el trayecto son ciudades como Tokio, Seúl, Delhi o Abu Dhabi, una «oportunidad única» señaló Brooks, para «mostrar el caza alrededor del mundo».
De los lugares que más le ilusionan visitar destacó Japón y la costa letona. «Volar sobre Oriente Medio, las pirámides o el puente Golden Gate será interesante, va a ser emocionante esta especie de ir arriba abajo todo el rato», aseguró.
El piloto británico subrayó también que el viaje le permitirá contemplar el mundo desde una perspectiva distinta: «Subes ahí arriba y está vacío, no hay nadie. Vuelas durante horas y horas a través de los bosques, selvas y desiertos que te hacen recordar lo fantástico y grande que es nuestro planeta»…