Imagine que viaja en avión. Que usted tenía la impresión de que el recorrido desde el aeropuerto de salida había resultado algo más sinuoso que de costumbre («serán las turbulencias», pensó buscando una explicación prudente) y el aterrizaje más ajetreado. Que, a renglón seguido, ve a una pareja de la Guardia Civil acceder al aparato, encaminarse a la cabina con un alcoholímetro. ¿Surrealista? Algo similar (si no las condiciones del viaje, sí esta última imagen) debió ocurrir en el vuelo IB8789 entre Melilla y Madrid, tras el cual la compañía Air Nostrum, franquiciada de Iberia para vuelos regionales, despidió a su piloto por dar positivo en un control de alcoholemia.
Según explicaron a Efe fuentes de la aerolínea, el pasado viernes, ante la sospecha de que uno de los pilotos del vuelo se podía haber presentado al servicio bajo la influencia del alcohol, la compañía requirió la presencia de la Guardia Civil en el avión a su llegada a la capital. El instituto armado sometió a la tripulación técnica -piloto y copiloto- a dicho control de alcoholemia: el resultado en uno de los casos fue positivo y en otro negativo.
La respuesta de la compañía fue inmediata. Desprogramó al piloto implicado y le suspendió de actividad. Posteriormente, ha anunciado que se personará en la causa que se derive de este caso. Tras la investigación por parte de…