Al piloto de aviones Amir Akhtar Hashmi le entró un sueño atroz mientras se encontraba haciendo su trabajo, en pleno vuelo comandado por él, entre Islamabad (Pakistán) y Londres.
Ni corto ni perezoso, decidió echarse un rato y dejarse caer en los brazos de Morfeo, delegando los mandos del avión en el que viajaban unas 300 personas a un piloto en formación que le acompañaba, según se hizo eco la prensa británica, tras publicarlo el Daily Mail, recogido por Última Hora.
Al parecer, no fue una siesta de las cortitas y reparadoras. El piloto se tapó con una manta en la zona de primera clase de la aeronave y estuvo allí dormitando unas dos horas y media…