Por desgracia, hablar de un accidente aéreo es casi sinónimo de hablar de una catástrofe con decenas de muertos y heridos. Sin embargo, muchos de estos percances se saldan con un final feliz en el que lo más grave que hay que lamentar es la pérdida del aparato.
Durante varios años, el fotógrafo alemán Dietmar Eckell ha recorrido algunos de los lugares más remotos del planeta en busca de los restos de quince aviones que nunca llegaron al destino previsto. Para localizar los escenarios en los que toma sus fotografías, Eckell se sirve de foros y webs especializadas en aeronáutica e, incluso, de Google Maps.
Una vez que se traslada al lugar del accidente, el fotógrafo charla con pilotos locales para conocer más acerca de la historia de cada una de esas aeronaves abandonadas tras sus accidentes, tal y como podemos leer en el blog «Fotokobu», donde hemos descubierto esta apasionante historia.
La principal característica del trabajo de este fotógrafo es que los relatos tienen un final feliz, ya que a pesar de la aparatosidad y las dificultades para acceder a los lugares donde se produjeron estos siniestros todos los pasajeros fueron rescatados con vida.
Los bosques canadienses, las aguas de Hawaii, el interior de Alaska o el desierto del Sahara son algunos de los escenarios que ha visitado este intrépido alemán en busca de «cadáveres» de metal.
Ahora, Eckell ha decidido mostrar los restos de estos aviones junto con sus milagrosas historias en un libro titulado «Happy End». El fotógrafo pretende editarlo a través de una campaña de financiación colectiva (crowdfunding), con la que ya ha recaudado más de 30.000 dólares. A juzgar por la belleza de sus fotos, el resultado puede merecer mucho la pena.
Foto: abc