Violetas, naranjas furiosos, verdes intensos, pelucas, pantalones de colores y la infaltable nariz roja le dieron un marco muy diferente al habitual al aeropuerto Benjamín Matienzo, de San Miguel de Tucumán. Los pasajeros, sorprendidos con la escena, veían ir y venir a decenas de payasos entre los mostradores del check-in. Pero la sorpresa mayor fue cuando todos ellos también subieron al vuelo 1586, de Aerolíneas Argentinas, con rumbo a Córdoba.
Fue a las 9 de ayer cuando comenzó este viaje tan diferente para tripulación y para los pasajeros, ya que entre ellos iban 50 payaterapeutas con sus vestimentas coloridas, dispuestos a todo para alegrar con sus juegos los 55 minutos de vuelo.
Juan, un cordobés de 30 años, abrió sus ojos bien grandes cuando, al llegar a su butaca, dos payaterapeutas lo invitaron a sentarse. Luego expresó: "Realmente va a ser un viaje diferente, no lo puedo creer". El avión fue hasta la cabecera de la pista, comenzó a acelerar y el tradicional ruido de las turbinas fue apagado por los aplausos y risas de los pasajeros incitados por los clowns.
Roberto y su esposa, que viajaban a Córdoba por negocios, reían sin parar y expresaron, mientras sacaban fotos con sus celulares, que se sentían "como niño": "No lo podemos creer. Cuando les contemos a nuestros hijos nos van a envidiar"…
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