En noviembre próximo se cumplirán diez años del último vuelo que realizó un Concorde. Si a eso sumamos que el Tupolev Tu-144 dejó de llevar pasajeros en 1978, no quedan dudas de que los cielos acumulan mucho tiempo sin vuelos supersónicos destinados al transporte comercial. Mientras que los fabricantes y las aerolíneas explotan al máximo los modelos subsónicos disponibles, la Agencia de Exploración Aeroespacial japonesa, en conjunto con Fuji Heavy Industries, ha presentado un prototipo a escala reducida de lo que probablemente sea la próxima generación de aviones supersónicos de pasajeros.
Parece que ha pasado mucho más tiempo, pero en realidad han sido nueve años y siete meses desde que se llevó a cabo el último vuelo del Concorde, aunque su rol comercial había finalizado antes. Su reputación nunca logró restaurarse por completo tras el accidente del vuelo 4590 en julio de 2000, a pesar de que no fue una falla técnica en el avión supersónico lo que provocó la muerte de 113 personas. La industria aérea también sufrió un serio impacto luego del ataque a las Torres Gemelas, perjudicando aún más la situación del Concorde. Finalmente, en abril de 2003, Air France y British Airways confirmaron el retiro de este avatar de la aviación moderna. Ya no hay vuelos supersónicos de pasajeros, y si bien las empresas no se sienten tan incómodas con esta situación, la idea de una segunda generación de aeronaves supersónicas comerciales nunca se descartó por completo. Son casi 45 años de evolución tecnológica, y seguramente hay nuevas ideas para aplicar.