Un joven de 18 años originario de Veracruz aprovechó la falla en la aeronave de VivaAerobus para hacer el negocio de su vida; la venta de volovanes.
Un cargamento del alimento tradicional jarocho sirvió para alimentar y calmar los ánimos de los pasajeros del vuelo 1169 procedente de Veracruz con destino a Monterrey que despegó con hora y media de retraso por un foco fundido, según explicó el capitán de la aeronave.
A pesar de despegar hasta las 11:45 de la noche, los viajeros lo hicieron con el estómago lleno gracias al joven, que actualmente reside en el municipio de Juárez, ofreció los volovanes que eran para su familia, pero que ante la demanda por ver que el vuelo pactado para las 10:15 pm no salió, su venta comenzó, gracias al apetito de los viajeros, la necesidad de utilizar tarjeta para pagar el servicio de VivaAerobus y la nula compensación por parte de la aerolínea estipulada en la ley de aeronáutica Civil para períodos de más de una hora de demora en el despegue, que molestó a más de un usuario.
Finalmente, entre risas y buen humor se llevó a cabo la venta de volovanes de diversos sabores en el avión, misma que continuó tras el despegue a más 10 mil pies, cuando Javier ofertó los últimos manjares jarochos que le quedaban, con el aval de la tripulación que presenció entre sonrisas la venta que ahà se llevó a cabo.
«Tenía 42 y creó que quedan como 15 o 20» – dijo el joven antes de ofertar los últimos, que finalmente se vendieron.
«Los compré para mi familia pero como se tardó demasiado el avión por el foco fundido y la gente tenía hambre, de juego dije, que si los vendía y la gente los tomó en serio y pues los vendà porque lo querían» dijo en entrevista con El Horizonte.
La venta fue promovida por el nuevo ‘socio’ de Javier, un joven llamado Mat, que entre risas adelanta la apertura de un negocio…
