Un vuelo entre Israel y Estados Unidos fue cancelado al presentar problemas ténicos luego de que una de sus pasajeras se percatara de un sonido extraño en una de las alas de la aeronave y lo denunciara a los sobrecargos del avión.
Mussie Weinfeld, una joven de 22 años, pudo haber salvado su vida así como la del resto de pasajeros gracias a su rápida reacción e insistencia justo antes de que el avión despegara del aeropuerto de Ben Gurion, de donde realizaría una escala en Moscú.
No fue sino hasta cuando todos los pasajeros se encontraban con sus cinturones puestos y la tripulación se preparaba para el despegue, que Weinfeld oyó un ruido en una de las alas, a la altura de donde estaba sentada. Al comentarlo con su compañero de asiento, este se rió y dijo que era sólo el ruido de los motores.
Sin embargo, la joven no se dio por vencida: se quitó el cinturón e insistió en que comprobaran el aparato. Pese a ser reacios en un principio, el sobrecargo decidió revisar a qué se debía el ruido. Los pasajeros fueron evacuados y les dijeron que en 45 minutos despegarían. Sin embargo, la avería resultó ser más grave de lo esperado y los pasajeros vieron aplazado el vuelo al día siguiente…