El Ministerio de Defensa de Holanda anunció sus planes de transferir gradualmente toda la aviación militar del país al biocombustible. Como primer paso, los militares comenzaron a comprar biocombustibles para la base aérea en Leeuwarden, para los aviones de combate F-16 Fighting Falcon.
La aviación militar es el mayor consumidor de combustible del mundo. Se cree que la transición de aviones de combate a biocombustibles reducirá significativamente las emisiones de dióxido de carbono (CO2), uno de los principales factores del calentamiento global.
Un biocombustible es cualquier combustible que se derive de biomasa, es decir, material vegetal o algal o residuos animales. Los biocomponentes actuales proceden habitualmente del azúcar, trigo, maíz o semillas oleaginosas. Dado que estas materias primas pueden reponerse fácilmente, se considera que el biocombustible es una fuente de energía renovable, a diferencia de los combustibles fósiles como el petróleo, el carbón y el gas natural.
¿Cazas ecológicos?
Según el Ministerio de Defensa de Holanda, a mediados de enero de 2019, se entregaron 400.000 litros de biocombustible producidos por la empresa estadounidense World Energy a partir de grasas de cocina. En la actualidad, todos los cazas F-16 asignados a la base aérea de Leeuwarden vuelan con una mezcla de combustible de un 5% de biocombustibles y un 95% del combustible para aviones.
Las aeronaves realizan vuelos de prueba en base a los cuales aumentará la proporción de biocombustibles en la mezcla. Según el plan del departamento militar holandés, para 2030, todos los aviones militares del país volarán en una mezcla de combustible con una adición del 20% de biocombustibles, y para el 2050, se elevará al 70%