En dosmanzanas ya os contamos la kafkiana la situación a la que se vio sometido Marco Bulmer-Rizzi, un ciudadano británico que perdió a su marido, David, cuando ambos celebraban su luna de miel en Australia. Allí, al dolor de su pérdida tuvo que añadir la discriminación que supuso el no reconocimiento de su matrimonio por parte de las autoridades australianas. Pero además, en una entrevista concedida a su regreso al Reino Unido, hemos conocido la escalofriante situación que tuvo que encarar en Hong Kong, cuando el personal de seguridad trató de incautarse de las cenizas de su marido.
Varios infiernos ha tenido que superar Marco Bulmer-Rizzi. Primero, la pérdida accidental de su marido David durante su luna de miel. Luego, puesto que el estado de Australia Meridional no reconoce los matrimonios entre personas del mismo sexo celebrados en el extranjero, se le arrebató la posibilidad de tomar ningún tipo de decisión oficial. Aun siendo el familiar más cercano, se exigió que el padre de David revisara y firmara todas las elecciones de Marco: desde la donación de órganos hasta en la funeraria. A Marco no le dieron la potestad de decidir directamente, ni siquiera, cuestiones como la cremación o el ataúd (aunque en realidad hubiera acuerdo interno entre el padre de David y él).
Tampoco se vio reconocido su matrimonio en el certificado de defunción, en el que constaba "soltero" (never married). Encima, al dirigirse al Consulado Británico para solicitar un certificado nacional (una posibilidad legalmente posible en la mayoría de los casos) le indicaron que Australia es un país en el que expresamente está excluido este servicio consular. "Comprendo que no pueden cambiar la ley australiana", explicaba Marco en su día, "pero no estoy pidiendo que lo hagan. Estoy pidiendo que mi propio país defienda sus propias leyes. Si el gobierno británico es consciente de que otros países no reconocen el matrimonio entre personas del mismo sexo, deberían tratar de defender lo que dice la ley".
Aunque el fiscal general de Australia anunciaba un referéndum sobre el matrimonio igualitario antes de fin de año (como recogía dosmanzanas hace unas semanas), mientras no haya una legislación nacional, en casos como el de Marco y David los interesados se encuentran en la más absoluta alegalidad, a merced de todo tipo de situaciones discriminatorias e injustas.
Desconcierto por las cenizas en Hong Kong
Pero el calvario para Marco Bulmer-Rizzi no acabó en Australia. De vuelta a su país, hizo escala en un aeropuerto de Hong Kong, donde el personal de seguridad trató de incautarse de las cenizas de David. Cuando fueron a abrir la urna, Marco tuvo que explicar que "esto son restos humanos. Es mi marido. Mi marido murió mientras estábamos en Australia". Según relata el joven viudo, la respuesta de la agente fue: "tengo que llevarme esto", pues no entendía que un hombre pudiera tener un "marido".
En ese momento, Marco solo quería llegar al Reino Unido con los restos de su esposo. "Me sentía como si lo estuviera perdiendo de nuevo", asevera. Después de negarse a renunciar a las cenizas de David, el personal cedió y fue capaz de volar a casa. Hong Kong, una región administrativa especial de China, no reconoce en efecto los matrimonios igualitarios. No obstante, cada vez más voces claman por los derechos LGTBI. En la última celebración del Orgullo, el pasado mes de noviembre, se volvió a batir un récord de participación.
Marco, sin embargo, cree que su gobierno, a través del consulado en Australia, podría haberle facilitado un certificado en que se acreditara simplemente que era un familiar de David, lo cual le hubiera ahorrado la situación angustiosa que tuvo que sufrir. Por eso ahora está colaborando con las oficinas consulares para trabajar en un mejor apoyo de los ciudadanos LGTB británicos en el extranjero…
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