Súbitamente, comenzaron a verse movimientos extraños en uno de los tantos halls transitados por miles de pasajeros cada día. Momentos de tensión. Agentes de la Policía se acercaron a un bolso. Dieron la orden de aislar el lugar. Miedo. ¿Una bomba en el Aeropuerto de Fiumicino en Roma?
Los oficiales debían actuar. De inmediato. Y lo hicieron al ver la sospechosa maleta que estaba allí, en soledad, sin que nadie la reclamara. Ante el mínimo indicio tienen la orden de actuar. Lo más probable era que alguien distraído hubiera olvidado sus pertenencias. Pero no podían dejar nada librado al azar.
Dispusieron una línea perimetral para apartar al resto de los pasajeros del peligro. Todos observaban atentos, como si se tratara de una película de terror. Hasta que los policías decidieron realizar una detonación controlada del bolso.
Un ¡boom! conciso -que no aturdió a nadie- fue el aviso de que la valija había sido destruida. Los agentes se acercaron para observar qué había en su interior. Sorpresa. Cocos.
Ropa -lo que quedaba de ella- y… ¡cocos! Las imágenes fueron tomadas por Ned Donovan, un periodista que estaba en ese momento en el aeropuerto romano. De inmediato las compartió en su cuenta de Twitter. “Sorprendente, la policía italiana ha volado una bolsa llena de cocos y ahora ha reabierto el aeropuerto de Roma. Aquí están los cocos explotados”.
Donovan tomó fotografías mostrando el interior de la maleta destrozada. Continuó: “Aquí hay una foto momentos después de que los cocos sospechosos explotaran”…
