Ryanair amaga de nuevo con atreverse con la aventura de lanzar rutas transatlánticas. El gigante ‘low cost’, el gran dominador de las conexiones de corto y medio radio en Europa, vuelve a coquetear con el proyecto de entrar a competir en el mercado aéreo intercontinental.
El consejero delegado de Ryanair, Michael O’Leary, aprovechó su visita al Salón Aeronáutico de Le Bourget para revelar (otra vez) que el grupo no descarta abrir rutas entre Europa y Estados Unidos. Una iniciativa que el propio O’Leary ya anunció por primera vez hace seis años, en 2007, con motivo de la firma del acuerdo de cielos abiertos entre la UE y EEUU. Entonces la compañía irlandesa dijo que se trataba de un plan para cumplir a medio plazo. Transcurrido ya ese plazo, la aerolínea vuelve a apuntar la posibilidad de unir ambas orillas del Atlántico.
Ahora sin fijar objetivos temporales. «Será una oportunidad única para forzar la apertura de las rutas transatlánticas», dijo ayer O’Leary tras firmar la compra de 175 aviones a Boeing en el salón de París, informa Reuters. Y el jefe de Ryanair no dudó en poner los dientes largos a los clientes con las consecuencias de que su compañía de bajo coste entrara en ese mercado: «Los precios de las rutas transatlánticas podrían ser desde 10 dólares o 10 euros» por trayecto.
Un nivel de tarifas que es el mismo que ya se anunció en 2007. La entrada de compañías de bajo coste en rutas de largo recorrido se ha hecho habitual en el mercado asiático en los últimos años (Jetstar, Air Asia X, Scoot…), pero las conexiones entre Europa y Estados Unidos están controladas enteramente por las aerolíneas tradicionales de ambos lados del océano. Los planes de Ryanair pasarían por crear una nueva compañía para operar el largo recorrido, con otra marca, con su propia flota, con su plantilla propia… Muchas rutas, muchos aviones O’Leary condiciona el proyecto, en cualquier caso, a conseguir unas economías escalas suficientemente sustanciales gracias a una amplia red de rutas y a un número importante de aviones destinados a operarlas.
«Existe una oportunidad gracias al acuerdo de cielos abiertos entre Estados Unidos y la Unión Europea para conectar 15 o 20 ciudades europeas con 15 de las grandes ciudades norteamericanas casi desde el primer día», explicó el máximo ejecutivo de la aerolínea, según informa Reuters. «Pero se necesita una flota de 30, 40 o 50 aviones, no sólo dos, cuatro o seis», sentenció. Ryanair presume de ser la única aerolínea ‘ultra low cost’ y defiende a capa y espada su modelo de vuelos con una clase de billetes y una configuración que apura al máximo la densidad de asientos en el avión. La compañía en su aventura hacia Estados Unidas parece dispuesta a renunciar a algunas de estas máximas, abriendo la puerta a que existiera una clase premium en sus vuelos.
«Hay un 15% del público que estará dispuesto a pagar por este tipo de servicios extra, y hay que estar loco para no aprovecharse de eso», indicó O’Leary. Ryanair lanzó el año pasado una opa sobre su rival irlandés Aer Lingus, en el que era su tercer intento en apenas seis años por tomar el control de esta aerolínea. La operación, que ha sido vetada otra vez por la Comisión Europea por los problemas para la competencia que implicaba, habría abierto a Ryanair por la vía rápida el mercado de largo recorrido.
Al menos como una primera tentativa y de manera modesta. Aer Lingus ya tiene conexiones de largo recorrido a Estados Unidos, aunque sólo desde Irlanda. Está por ver, en cualquier caso, si los planes de Ryanair sobre su entrada en las rutas transatlánticas son serios y si se demuestra con algún avance práctico próximamente. Y es que son muchos los que desconfían de este tipo de grandes anuncios que hace la aerolínea ‘low cost’, que ha conseguido en los últimos años publicidad gratuita con anuncios polémicos o supuestos planes estrambóticos (cobrar por ir al baño en el avión, subir las tarifas a los clientes más gordos, hacer que parte del pasaje vuele de pie…)
