A comienzos de los años 50, dos aviones DH.106 Comet de la empresa británica De Havilland Aircraft Company (DHC) se desintegraron en el cielo sin causa aparente. Su diseño era aerodinámico y bonito, con amplias ventanillas rectangulares.
Al investigar los accidentes, los ingenieros comprobaron que el fuselaje de los dos aviones se había partido por las esquinas de las ventanas por fatiga del metal en los ciclos de presurización de la cabina.
Hubo que cambiar su diseño, y desde entonces, todas las puertas y ventanillas de los aviones de pasajeros son ovaladas…