Frederick Judd Green Fernández dejó -literalmente- la guerra para hacer de la paz su estilo de vida. En su juventud piloteó naves bombarderas en la Segunda Guerra Mundial, pero un vuelo más alto lo llevó a buscar la gloria desde otro escenario: convertirse en soldado de Cristo.
Fred Green se convirtió en sacerdote y llegó a Tacna en 1959, cuando un grupo de sacerdotes de la Compañía de Jesús se hizo cargo de la parroquia San Pedro Apóstol (Vicaría).
Green, que nació en la isla de Hawai (Estados Unidos), se ganó rápidamente el corazón de la población tacneña.
Y es que este sacerdote de contextura delgada y profundos ojos azules, dedicó cuerpo y alma a mejorar la educación en Tacna. Es así que creó el colegio jesuita Cristo Rey.
Pero su tarea no solo quedó en hacer realidad una infraestructura, sino en el espíritu de esta escuela, basada en valores católicos y principios solidarios.
GRAN EDUCADOR
Varias generaciones de tacneños pasaron por sus aulas y reconocen en el sacerdote más que a un docente y amigo; ven en él a un verdadero guía.
Años más tarde, al ver los resultados de su primera obra, Fred Green decidió hacer realidad un nuevo sueño.
Fundó entonces otro colegio con los mismos ideales, pero en otra ubicación. Se trata de la institución educativa Miguel Pro. Se creó en la parte baja de la ciudad, en la zona conocida como Hábitat.
Las personas que residen en esta jurisdicción son de menos recursos económicos, pero sus hijos reciben la misma calidad de educación que los del colegio particular.
Toda su labor la hizo siempre con humildad y sin aspavientos. Nunca esperó reconocimientos.
Sin embargo, ayer se conoció que el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables le otorgó el Premio Nacional Por la Paz 2013 en la categoría sociedad civil, subcategoría persona natural.
La noticia corrió en las redes sociales tacneñas y fue recibida con mucha alegría por diferentes generaciones de…
